Dante Alighieri nació en Italia, fue un poeta que provenía de una familia muy bien acomodada de Florencia y siempre aseguró que procedía de la nobleza. Aunque se sabe muy poco de las primeras etapas de su vida, se tienen buenas referencias sobre su trabajo en cada una de sus obras y cómo fueron adquiriendo un matiz cada vez más aclamado por quienes lo escuchaban.
En sus años de estudio, Dante coincidió con el poeta Guido Cavalcanti, que era el principal representante de la corriente Dolce Stil Nuovo, con quien compartió la misma visión y se convirtió en su discípulo. Después de trabajar con Cavalcanti, volvió a ver a su amor platónico, Beatriz Portinari, quien fue su inspiración en su obra la Divina Comedia (1472), dando nombre a su protagonista.
Dante, además de escribir, también se interesó por la política municipal florentina haciéndose miembro del Consejo de los Ciento y luego, en 1298, fue participe en la firma del contrato de paz con Arezzo. Después de buscar en diversos medios su estilo propio y experimentar en diversas obras, escribió la que lo lanzaría a la fama y al reconocimiento, aunque posterior a su muerte, su Divina Comedia, que es una de las cumbres de la literatura universal. Esta obra está dividida en tres cantos: “el infierno”, “el purgatorio” y “el Paraíso”, que a su vez están escritas en tercetos.
En esta magistral obra resume, de manera sublime, la cosmología medieval mediante la representación del recorrido que lleva a cabo Dante, primero teniendo como guía a Virgilio y más adelante a su amada Beatriz. El lenguaje es vivido, por la forma de describir los paisajes, y también los pecados de cada uno de los representantes que para Dante no merecían el paraíso, hicieron que esta obra sea, hoy en día, una de las más leídas y admiradas.
Después de esta obra, publicó La Vita Nuova (1294) y De Vulgari Eloquentia (1302-12305), pero sin duda es La Divina Comedia la que lo convirtió en un autor inmortal.
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