La Iglesia Católica ha reconocido siempre a San Jerónimo como un hombre elegido por Dios para explicar y hacer entender mejor la Santa Biblia y por eso ha sido nombrado patrono de todos los que en el mundo se dedican a hacer entender y amar más las Sagradas Escrituras; por extensión, se le considera el santo patrono de los traductores.
En su honor, se celebra, cada 30 de septiembre, el Día Internacional de la Traducción, la razón se debe a que fue en esta fecha en la que falleció Jerónimo de Estridón, más popularmente conocido como San Jerónimo, santo patrono de los traductores y responsable de la traducción de la biblia del hebreo al latín y al griego.
Nacido en Stridone el año 347. Descendiente de una familia cristiana, rica y noble, que le proporciona su primera educación. Se dice que se retiró al desierto de Cálcida, donde comienza sus estudios de hebreo para mejor comprensión de las Sagradas Escrituras. Pasa dos años en el desierto, donde surge la leyenda de su convivencia con un amigable león que representa la fuerza de la palabra.
EL año 382 se traslada nuevamente a Roma donde trabaja con el papa Dámaso, y difunde su ideal de la vida monástica. En el año 386 se establece definitivamente en Belén, donde funda un monasterio, viviendo más de 30 años solo hasta su muerte el año 420. El papa Bonifacio VIII le declara Doctor de la Iglesia en 1295.
San Jerónimo consagró su trabajo en la traducción y la teología, haciendo énfasis en el estudio de los viejos rollos escritos en leguas muertas para convertirlos en la Vulgata de donde surge la Biblia. Jerónimo dominaba el latín, su lengua materna, y conocía en profundidad la retórica clásica de esa lengua, además tenía un amplio manejo del griego y sabía algo de hebreo y arameo.
Con tal motivo, cada 30 de septiembre se celebra con algarabía en Coatepec a San Jerónimo, la fiesta consta de distintas actividades tradicionales, por ejemplo, las calles son decoradas con coloridos tapetes de aserrín, por donde se pasean los arcos que, con anticipación, preparan en distintos barrios para ser colocado en las puertas de las iglesias. El santo se pasea sobre los hombros de los fieles, el cielo de Coatepec es interrumpido por el tronar de los cuetes, hay danzantes vestidos de muchos colores y el cura de la iglesia bendice al conglomerado de gente.
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