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Altruismo desinteresado Filántropos anónimos

Caminar por los senderos del Cerro de las Culebras es, para muchos, un verdadero placer que combina paisaje, sombra, frescura, naturaleza, aves y esa sensación maravillosa de tranquilidad que ofrece el campo.

El Cerro de las culebras está integrado por muchos terrenos que son propiedad privada, de ahí que los gobiernos municipales no puedan invertir fácilmente, recursos para su mejoramiento. Sin embargo, los propietarios, nunca han tenido inconveniente en que la gente participe realizando mejoras a dicha zona, sobre todo a los caminos o veredas, o servidumbres de paso.



Hay diversos grupos de varios barrios o calles que se organizan y participan en labores de mantenimiento. Asimismo, existen particulares que, con el solo interés de tener al cerro limpio y bonito, dedican tiempo y trabajo para realizar acciones.


Pero un caso muy especial es el del señor Efrén López Rodríguez y su esposa, la señora Gabriela Luna Ocaña. Ellos sin hacerse promoción y de manera discreta, han sembrado más de cien arbolitos, a los cuales les dan cuidado y atención de manera permanente. Explican que, como una labor altruista, con el único interés de conservar la vegetación en el cerro, se han dedicado a sembrar diversas variedades de árboles.



Don Efrén explica que su labor no se limita a eso, también de manera permanente, suben muy temprano diariamente a realizar chapeo, a regar los arbolitos, con algunas botellas de agua o garrafones, pero además a, literalmente, barrer los caminos que disfrutan los paseantes.

Efrén y Gabriela comentan que han sembrado distintas variedades de arbolitos dentro de los que se incluyen: roble rosa, bromelias, macadamias, chalahuites, naranjos, guayabos, etc.

Comentan que luego de diversas gestiones de amigos ante SAGARPA, les serán donados cuatrocientos arbolitos más, a fin de mantener esta Área Natural Protegida, debidamente reforestada.


Al preguntarle si cuentan con algún tipo de apoyo, mencionan que no, que, al ser jubilados, destinan tiempo y recursos para esta noble tarea, la cual merece reconocimiento. Sin embargo, mencionan que sí requieren de un depósito de agua de mil litros para regar periódicamente los árboles sembrados y algunas “arañas” para barrer. Por si algunas personas pudieran apoyar al respecto.



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