Por J. C. Krausse
La tremenda corte
El Presidente Andrés Manuel, en su oficina del Palacio imperial, daba vueltas, iracundo como es; molesto por las sentencias de la corte, dos palos seguidos y su iniciativa de Reforma Eléctrica que violenta tratados internacionales y prevalecen las energías sucias, contamina el medio ambiente y afecta la libre competencia en la generación y producción de energía; no alcanza la mayoría calificada en el Congreso para aprobarla…
“Choco, Choco, Choco”, se oye el llamado del Emperador Andrés ratificado. El fiel asesor acude pronto y expedito al despacho de su jefe máximo: “Diga y mandé Sr”, contesta el funcionario Choco. “A la Corte también tenemos que desaparecerla, la ley es la ley, ¿qué es eso? pone trabas a mi 4ª Deformación y a mis aspiraciones reeleccionistas, a mi proyecto de Gobierno de mil años. O los Ministros están conmigo o mi contra... por eso fuera y adiós a este Tribunal conservador fifí”, habla con fuerza y determinación el hombre de Estado, Andrés Peje Tres Patines.
“Mi Sr, y ¿cómo vamos a nombrar al nuevo Tribunal Supremo de la 4D?”, pregunta el asesor Choco. “Mira pue’ muy fácil, violando la ley y a consulta a mano alzada en el zócalo, así no gastamos en darle lana al INE; ahí en un mismo acto presento mi lista de candidatos a Ministros se aprueba por mayoría y tenemos a mi nueva imparcial corte, con gente buena honrada del pueblo, ¿quién me va objetar?; Monreal, como tremendo juez, va a ser Presidente del Tribunal; a Loreta Nananina, fiel a los principios; a Cucusa Betty, por si se choca de seguir de Historiadora; Pio Perico Trácalas, es mi hermano; al Doctor Cucufate Gatell, poeta y loco; al mapache Bartlett para que esconda y robe los expedientes...”, dicta el dedo elector Andrés Manuel Justiniano de Macuspana...
“Es correcto, con su tremenda corte, es presidente vitalicio, como Maduro en Venezuela, Putin en Rusia, se asemeja a Don Porfirio, a Benito el italiano, Adolfo, no del Estado de México si no al Alemán...”, exclama un sabio asesor presidencial...
Y abusando de los días de asueto, en las playas del Golfo de México, un fiel Choco vacaciona; se abstuvo de ir a votar en la consulta y a ronco pecho con unas chelas pacífico, canta: “…con dinero y sin dinero, hago siempre lo que quiero y mi palabra es la ley y sigo siendo el Peje Rey…”.
Caminando por la izquierda...
“Al margen de la ley nada, por encima de la ley nadie”.
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