Por J. C. Krausse
Vestido de túnica blanca de lana, maquilada en la República de Santa Anna, regalo de la Cleopatra de Tlaxcala, y de sandalias de peje lagarto, el profeta Andrés, recorría los lugares de la libertad, de la pluralidad, de las normas, de la diversidad, de la democracia, pecados que son azote de la humanidad. Su Doctrina, vivir con dos pantalones, dos pares de huaraches, dos camisas de yute, no ser aspiracionista, vivir en la pobreza extrema de las ideas, no ser rico, solo indigente, menesteroso, desnudo de intelecto, solo aceptar la luz de su mesías, o están con él o en contra de él; yo soy pan, vino y dádivas, el mana del presupuesto, si me obedecen y me aclaman a mano alzada estará en su bolsillo, es mi bula del perdón y control de mis poderes.
El sermón de la Doctrina 4T se escuchaba y hacía temblar los suelos, los cielos y la tierra, ante las multitudes en el Zócalo del Valle de Anáhuac. Terminado el Heraldo mañanero, pide el iluminado tlatoani, su asno de nombre Jetta y el fiel Choco al volante: “Vamos pue’, tenemos que llegar a Xochimilco, se hace tarde, hay tráfico, la ceremonia nos espera y no puedo faltar”, le ordena al fiel asesor.
“Si mi Sr. lo que usted ordene; perdón la pregunta, ¿qué ceremonia es?”, dicta el asesor. “Una disculpa amigo y apóstol Choco, hoy me bautizan, es el cónclave de Senadores y Gobernadores Morenos; hoy el gallo bajará y me ungirán con poderes superiores, como lo dictan las escrituras del libro de la 4ta Deformación”, responde el Akenatón de Macuspana.
“¿Es importante, es supremo, es divino?”, interroga el converso Choco. “Sí, si este día reencarno, soy la palabra, el verbo superior, tres en uno, como el aceite para las puertas, soy el PUEBLO, PATRIA Y NACIÓN; con el agua del manantial de dónde se filmó María Candelaria, yo Andrés Manuel del Tercer Imperio Azteca con poderes celestiales, el verbo se hizo carne y me llamaré Andrés Manuel López de la Santísima Trinidad!, su altísima serenísima, de la tribu de Adolfo, de Benito el Italiano, de Franco el Español, de sangre Romana, de Calígula, de Nerón, hasta el linaje de David ...”.
“Uff pue’, ya estaba escrito en las profecías, que es la salvación de los no conversos y con su espada mañanera y lengua flamígera, mandará al tormento, al destierro, a las mazmorras, a sus críticos opositores traidores de la patria...”, razona el súper activo Choco y a lo lejos de la ceremonia de bautismo, ve al renacido Andrés Manuel, con un gallo giro de pelea, que posa en su hombro como señal de los Dioses del Firmamento.
El Choco se hinca a la orilla del lago y, en su ayate de fibras de maguey, se plasma la imagen del Mesías tropical Andrés Manuel y a un lado un ganso desplumado con el pico caído. Con las manos a lo alto, reza una plegaria... “¡Quién pompo, quien pompo, quien pompo presidencia quien pompo...!”.
Caminando por la izquierda...
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