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Cafeteando - Por J. C. Krausse


Yegua de Troya.-


En uno de los testimonios más reveladores del financiamiento ilícito del Presidente Andrés Manuel López Obrador, a lo largo de los últimos 20 años en el ocaso de la 4T, que por su narrativa el Rey del Cash merece un premio Pulitzer, la periodista Helena Chávez. Desnuda la aureola del hombre inmaculado que, por 18 años su ambición sin límite lo llevo a la silla presidencial.


“Oiga mi presidente, ¿cómo que no le gustó lo que escribió la exesposa de Cesarin en su crónica más reciente, todo un best seller?, pregunta un súper asesor Choco. “Mira es un libro, escrito por despecho, sin pruebas, pero toda la culpa la tiene Cesarin Yañez, fue un error que se casara con ella, no tiene dinero, pero si neuronas y memoria selectiva”, contesta un ganso, cuyo plumaje no tiene ninguna mancha al cruzar los pantanos de los moches.


“Es más le faltó información, poner las orejas de radar a Helena de Troya; no narra cuando a los diputados les descontaban de sus dietas a los senadores, lo que aportó Beto canalla del PT, lo que me dio Dante, los empresarios para mí gobierno legítimo, para la toma de Reforma, para mis tres campañas presidenciales, los gastos de viajes de Bety, el sueldo de la nana de Chocoflan y los centavos muy personales para que, mi billetera solo anduviera con 200 pesos. Mi lema es, primero los sobres amarillos, después los POBRES”, comenta un Napoleón de Macuspana, “Todo se hace en política con dinero, más dinero y dinero, dijera Hank González, ‘Un político pobre es un pobre político’”.


Lo que si podemos admirar de Helena, es que se subió al caballo de la honestidad, valiente y sin darnos cuenta entró hasta Palacio Nacional, penetró el reino de la Troya de Macuspana y Cesarin Parisi no pudo con ella; sus flechas fueron directo al corazón del guerrero tropical, que ni el trébol, ni la virgen pudieron salvar.


Analiza un Choco triste, desanimado, creyente férreo del Mesías del Edén, “Oh decepción, tanto para nada, la corrupción, la impunidad, la mentira, el engaño se crean, no se destruyen, solo se transforman”.


Caminando por la izquierda: Rechazó la huelga de hambre en el 2006, prefirió comer Tlayudas y ahorcar a la ciudad.




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