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Cafeteando - "Por la libertad de crítica al poder."

Por J.C. Krausse


¡Zócalo, zócalo, zócalo! ¡Feliz! Requeté feliz se encontraba el primer mandatario, ya que, 200 mil huestes, se le habían rendido a sus pies, pues él cumplía tres años de su Gobierno, no solo había asumido el poder, ganó una Revolución y su 4ª Trasformación, que quién sabe qué quiere decir esta y está pitando fuerte como si fuera el tren Maya.


Escucha unos pasos y pregunta el Tlatoani Andrés “¿Quién es el que anda ahí...?” “Soy yo. Choco, su humilde servidor” responde, con una voz tenue y melodiosa, “vengo a felicitarlo, el zócalo lleno a reventar superó las expectativas; miles en su Tercer Informe y con el COVID y la cepa usted ya quien sabe cuántas mutaciones, Delta, Omicrón y demás...; como los peces y los panes, con el sermón del monte, se multiplicaron en más de 200 mil según los informes, yo digo que medio millón, solo el hebreo Chucho lo había logrado, es usted un santo una deidad, mi mesías tropical…”.


El benefactor, sentado en la orilla de su catre de yute, saboreando una barra de chocolate Rocío, de alta calidad, producto de sus fincas del Estado del Edén, pensativo, reflexionando le contesta a su asesor – “Choco, mira pue’, tenía que sacar mi músculo, vinieron de todos los Estados del País y como antes, su torta, chesco y su paleta de chocolate; los gobiernos de mi partido se pusieron las pilas y mira nos fue requetebién, para evitar contagios repartí una imagen de la Lupita, un trébol y peso devaluado y fue la vacuna mágica, nadie se contagió de COVID, ni de mutaciones ni de nada…”… - “¡Sí! es lo que dicen los medios de información ningún contagio, pero hay ciertas dudas con su informe a mitad del sexenio” - le esclarece el súper asesor choco, - “Mire, de qué sirve un zócalo lleno, si no hay lana en los bolsillos de la gente, subió la inflación, la canasta básica, subió el gas, subió la gasolina, todo por las nubes, no hay ni mejorales en los hospitales, no se vendió el avión… ¡les dio el avión!, más inseguridad, más víctimas, crecimiento económico bajo cero, aumentaron los pobres, más pobreza extrema, no hay empleo, en las carreteras del país solo hay que contar los hoyos y baches por baches, y aparte limita la libertad de expresión, la agarra contra Aristegui y la revista Proceso, por un reportaje de la fábrica de chocolates, según chismean los conservadores fifís...”.


El monarca del Palacio, el que se autonombra el Estado soy yo y yo otorgo el Bienestar de la Patria, su alteza serenísima, le refuta a su asesor –“No le creas a esa pandilla de tecnócratas, están pelaos, el pueblo está conmigo, yo soy su Moisés, su guía, yo abro el mar del Golfo, el del Pacífico, no podrán contra nosotros porque el pueblo soy yo... ¡Al carajo los ricos!, ¡al carajo los órganos autónomos!, ¡al carajo la prensa fifí!, ¡al carajo los intelectuales orgánicos!, ¡los periodistas que callaron como momias!, ¡el pueblo me AMA…!, y yo lo amo, por ello mi lema de Gobierno es la 4ª Deformación, con amor y paz…”.


El Choco, le aplaude como foca y le diserta -“Mi Señor es usted el guía que el pueblo esperaba…”. Camina unos pasos y sale de la habitación de la Finca La Chingada, mira a la ceiba frondosa que lo cobija con la sombra de su manto vegetal – “¡Ahhh mi Presidente!, está en la cima del poder, se subió al templo mayor y se mareó, silbando una canción cubana de la Orquesta Aragón, el nuevo ritmo del cha cha chá… ¡Toma chocolate paga lo que debes, toma chocolate paga lo que debes, toma cho-co-la-te!...Tomen para que aprendan puro chocolate! Serenos morenos serenos morenos…”.


Caminando por la izquierda…








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