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Cafeteando - ¡Tun Tun Andrés!

J. C. Krausse


Después de unos días de asueto, el asesor Choco regresaba a sus labores a Palacio Nacional. Estos días de enero, lo ponían requetecontento, cumplía años a finales de mes y estrenaría traje de levita, huaraches de charol y un perfume de peje lagarto compuesto por la abuela del merito Nacajuca, la tierra del Edén, sin su Adán ya que este despacha en Bucareli.

“Buenos días, Sr Presidente”, saluda con vehemencia el asesor Choco, “¿cómo le fue de fiestas decembrinas?”. El tlatoani Andrés, desde su oficina imperial, contesta: “Requetebien mi fiel y humilde servidor... Fíjate que ya reanude mis mañaneras y ya sabes circo y teatro y de vez en cuando una maroma, para distraer al respetable aficionado; que si Monrreal se peleó con Cuicaras, uff apoyé al rival más débil mi Cuicaras; que si le pedí a los Reyes Magos mis regalos, que si me saque el muñeco de la rosca, que si va haber revocación, confirmación, que subió la gasolina, que si yo la pondría a diez pesos litro, que si le voy hacer un busto a Chente o una obra a Carmelita Salinas... Bueno ya sabrás pue’, lluvia de preguntas y sin respuestas”.


“Es usted un torero de lidia, un matador, que aplica la verónica a más de 20 millones de aficionados, porque el resto no le cree; pero lo felicito, mire usted, sin tener la salud de Dinamarca, no hay ni mejorales, ni curitas en los hospitales, sin empleos, más pobreza; se fugan los capitales, no hay liquidez y se suma la inflación y usted… ¡Arriba en las encuestas! Es un fenómeno requetemundial, único por eso es mi sensei”.


“Gracias, solo tú me entiendes Choco”, responde el Generalísimo Santana de Tabasco, me porto rebien, no confronto, no peleo, no ataco a mis adversarios, por eso los Reyes Vagos, me trajeron mis regalos; mira pedí un tren y ya está el Tren Maya, pedí un avión y me trajo un Aeropuerto, unas bombas de gasolina para mis carritos y ¿qué crees?, me trajeron una Refinería; aunque contamine el medio ambiente; ya ves Choco, me porto requetebien...”. “¡Si!, muy buenos regalos, tan es así que hasta una Estatua en Atlacomulco, regalada por el expresidente municipal única para un Monarca en Funciones”, responde el fiel servidor.


“Así es mi asesor”, replica el benefactor tropical, “pero estoy requeteenojado, para que me dices, solo duró tres días, solo conservo unas piezas, la tiraron los conservadores, lo mandó Peña de seguro porque no saco a su Chayo del Hotel de 5 estrellas donde la mantengo; pero, dura será mi venganza, antes que termine el sexenio, me mandaré a construir mi pirámide, será la más alta del mundo, mi esfinge y mis jeroglíficos tabasqueños, para que me veneren y recuerden, el Pueblo es mío y yo soy el pueblo...”.


“Uffff, a mi líder, cacique del sur, se le va un tornillo sin perno como la Línea Doce, de su estatua solo conserva piedras, sin pies ni cabeza como su sexenio y ahora, ¿qué hacemos?, seguir de asesor, en este gobierno de ocurrencias, al lado de mi Faraón Andrés…”, va caminando el Choco silbando una melodía con ritmo egipcio y bailando al son de la música de fondo de la película ¡Cleopatra!


Caminando por la izquierda…




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