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Cavilaciones Del Dr Caturra


Verse bien He notado que algunas personas no se sirven café en cualquier taza, necesitan verterlo en una pieza de porcelana o cerámica fina, una taza de plástico ni hablar, de no ser así no podrán disfrutar su bebida. Entre más elegante o costosa es la taza parece ser un tanto mejor para ellos. Quizás exista una analogía entre un buen whisky y el aromático, no vamos a servir un escocés de 30 años en un vaso rojo desechable, eso creo yo. Hoy día vestir bien resulta un asunto confuso, no vaya usted a creer que me estoy autoproclamando policía de la moda o algo similar, trataré de hilar algunas ideas sobre el vestido y la imagen de la persona que lo porta. Pues bien creo que todos agradecemos a aquellos que deciden antes que cualquier cosa verse presentables, limpios, aseados, pulcros, pues una persona así causa confianza, nos brinda de una atmósfera de cierta tranquilidad, ahora que si esa vestimenta va acompañada de una fragancia agradable al olfato el ambiente se enriquece. De inicio suplicaré a usted que no interprete mi cavilación como un cerrado argumento en donde para ser bueno hay que verse bien y oler delicioso, pues soy un ferviente creyente de la sentencia lírica que nos ha dejado el Poeta que canta y que reza así: “Tener no es seña de malvado y no tener tampoco es prueba de que nos acompañe la virtud”. Fíjese que ahora que andamos indagando en este asunto me acuerdo de mi adolescencia, yo gustaba de ponerme camisas manga larga, pantalones de lana y chamarras, todo este conjunto bien coordinado en color, tonos y texturas, tomaba prestadas algunas prendas de mi padre (obviamente a escondidas) pues deseaba verme mayor, serio o incluso masculino. Después me dio por la moda desenfadada y hasta recurrí a la costumbre milenaria de bañarme un día si y dos no, eso sí, el perfume una vez lo descubrí jamás lo dejé, me ha acompañado desde entonces, pese al paso de las horas me gusta percibir mi aroma personal mezclado con las notas finales de una buena agua de colonia, el perfume también viste. En estas épocas de poca etiqueta, de contradicción, mala memoria, mucha sensibilidad, en esta actualidad donde lo roto es moda y lo desgarbado se impone, lo cool (genial) es verse mal y me refiero a desaseado, roto o desgastado, eso es la moda. Ahora bien, existen estudios que describen algo serio, el reino de la moda impone tendencias casi imposibles de cumplir, nos muestra individuos ultradelgados (ya ve usted que hoy día hay prendas


denominadas slim fit), modelos que imponen una imagen, el joven se visualiza como ese modelo y trata de seguir a esa figura, les preocupa su aspecto físico, estatura, y sino no cumplen con los estándares impuestos vienen los problemas emocionales. No ser bello o ultradelgado como esos maniquíes humanos desgasta al joven expuesto a esas imágenes y sufre, deja de comer, hace ejercicio más allá de sus capacidades humanas y se desgasta emocionalmente al comprobar que su meta es inalcanzable, el mundo de la moda sólo ha valorado a las personas con características humanas especiales, cuando debiéramos saber que existen tres tipos de cuerpos humanos de acuerdo a la complexión física y nacemos con estas sin haberlo elegido: Endomorfos, son individuos con cuerpos redondos, con mucha masa muscular y grasa, ganan peso con facilidad y les cuesta perder peso. Mesomorfos, son sujetos atléticos, pierden y ganan peso a voluntad, finalmente Ectomorfos, son personas con poca grasa y poco músculo, casi no pueden ganar peso. Tomando en cuenta lo anterior, trate de ubicarse en un tipo de cuerpo, aceptar el que le tocó y trate de vivir en paz con eso. Tan rico que es estar fresco, limpio, vestido elegante o con sencillez pero con un agradable aspecto.



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