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Cavilaciones del Dr. Caturra

Hacer trampa


Comprar un kilo que no es de mil gramos; imagínese que usted adquiere un paquete de café que anuncia en su etiqueta cierta cantidad, por puro morbo comprobamos en una báscula que no se nos está entregando la cantidad pactada, nos han robado; no hablemos de los litros en algunas gasolineras; se gana con la estafa. Qué me dice de los kilos en los tanques de gas. En otro aspecto, hemos notado que las bolsas de detergente, las botellas de aceite y otros productos de la canasta básica ya no ostentan números cerrados enteros, ahora se venden 800 gr u 800 ml respectivamente por el mismo precio.


Aunque el término trampa se refiere de modo denotativo al artefacto para capturar, atrapar o dañar a un animal o persona, en esta ocasión trataremos al vocablo con la otra acepción, luego entonces la trampa nos lleva a cavilar, para ello he de aclararle a usted que saber nunca será trampa, la esencia del engaño es aprovecharse de manera maliciosa para burlar o afectar a otro o a otros.


Vayamos al mundial de fútbol de México 1986, el 22 de junio de ese año, recordemos Diego Armando Maradona jugando para Argentina, violando la regla que versa sobre la prohibición de manipular el balón con la mano (sólo el portero puede hacerlo o los jugadores para reiniciar el juego al sacar por las bandas), utilizó su mano derecha para anotar un gol en los cuartos de final beneficiando a su equipo, anotación que debió anularse, el partido concluyó Argentina 2 Inglaterra 1 tanto, quedando los ingleses eliminados.


En nuestro país hacer trampa es un deporte nacional, los jóvenes utilizan identificaciones falsas o que no son suyas para adquirir tabaco o bebidas embriagantes, así como para ingresar a lugares que exigen una edad mínima, “Quien no tranza, no avanza”.


¿Por qué hacemos trampa? Los expertos creen que muchos trasgresores de las leyes es gente que tiene miedo a perder su estatus, a bajar de nivel, la presión de mantenerse los empuja a hacer trampa, es decir, los que tienen qué perder serán más tramposos que aquellos que no pongan en juego nada de sí mismos.


Los factores que influyen en un individuo a hacer trampa tienen que ver con las personas que les influyen, si desde casa vemos a nuestros padres haciendo trampa, es muy seguro que los chicos aprendan a ser tramposos, igualmente los amigos influyen, “si todos hacen trampa, yo también”.


Otro motivo para hacer trampa tiene que ver con los beneficiarios, los expertos señalan que entre más gente se beneficie de la trampa, los tramposos se sentirán más motivados para hacer el timo.


Hacer trampa no siempre es beneficioso, pongamos un ejemplo, un estudiante que se juega la permanencia en la escuela y que no debe reprobar la materia que está cursando pues eso significaría ser dado de baja de su escuela, realiza un acordeón para el examen final (un temario completo en un papel, oculto, con los datos que no conoce o domina y que le servirán para aprobar la materia) es sorprendido en el engaño y su temor se materializa. ¿Por qué no invertir esa energía, ese esfuerzo en estudiar mejor?


Hay que educar a los niños para que sean honestos, a ser responsables de sus acciones, una tarea comenzada de principio a fin será siempre más satisfactoria que buscar atajos para lograr las metas, recuerde usted al señor tabasqueño que con la idea de ganar un maratón en Berlín, septiembre del 2007, tomó un atajo ganando de forma fraudulenta la carrera, la etiqueta de tramposo no ha podido quitársela desde entonces. No queremos la liebre regalada, deseamos salir a cazarla, tomarnos el largo rato y el esfuerzo que implican lograr la presa. Cavilemos.





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