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Cavilaciones del Dr. Caturra

Comentarios que sobran



Hablando de cosas desagradables, qué opina usted de esas personas que luego nos encontramos en la calle y nos hacen comentarios que se antojan innecesarios e incluso agresivos o fuera de lugar, estas personas tienen como deporte personal hacer sentir mal a los demás, sin embargo, déjeme decirle a usted que no podemos culparlos, si me permite le expongo mis razones.


Para comenzar vivimos en un mundo artificial en muchas ocasiones a disgusto, hemos abandonado la selva, la montaña o la jungla, dejamos la vida nómada para asentarnos en algún sitio, echar mano a las tecnologías agropecuarias y la domesticación, permitiéndonos permanecer en un solo sitio, en este quehacer hemos esquilmado a la naturaleza, le hemos exigido más allá de su potencial natural para producir, a tal grado que una de las grandes extinciones del planeta tiene que ver con el abuso humano y la depredación de las especies menores.


Pasamos de ser presas a convertirnos en cazadores, la naturaleza nos negó colmillos, garras o armaduras corpóreas, en cambio nos equipó con un arma excepcionalmente destructiva, cerebro, mente, estrategia, sed de victoria, egocentrismo exacerbado, patológico y enfermizo; con esto pasamos de ser depredadores a convertirnos en una especie exterminadora. Con esta inteligencia diseñamos cuchillos, flechas, arcos, fusiles, pistolas, balas, bombas y misiles hipersónicos.


Dentro de toda esa parafernalia bélica, nos subimos a la cima de la cadena alimenticia siendo megalómanos, creyéndonos poderosos, importantes, sin darnos cuenta de que vamos hacia el suicidio como unos locos desatados corriendo al borde del precipicio, haciendo daño a los nuestros, a los pobres animales, también a las plantas, los árboles, el agua y la tierra. En ese frenesí exterminador nos colocamos en la lista de especies en peligro.


Bajo ese esquema, bajo esa idea hay personas que depredan la calma de los demás, por eso no dudan en decirnos cosas como ¡Te ves gordo!, ¡Estás bien fregado!, ¡Qué viejo te miras!, esa es su técnica, su estratagema para soportar la existencia miserable que llevan, se comparan con aquellos que están evidentemente en desventaja o son sencillamente distintos a ellos, así adquieren una magnitud, un parámetro que les dice que no están tan mal como los otros. Si usted se enfada ellos ganan, ellos logran su objetivo, alimentan su ego y luego buscan una nueva víctima.


En una ocasión un viejo amigo me saludó en la calle después de haber salido yo de un problema de salud, lo primero que me dijo fue: -¡No manches, te ves bien fregado!-


Me dio risa, con serenidad y respeto le tendí la mano, agradecí su saludo y después le dije: -¡Qué suerte tienes buen amigo, en que sea yo quien recibe tu nada amable comentario y no un sujeto violento que podría fácilmente perder la compostura para golpearte o agredirte de cualquier manera. Un consejo de vida, los amigos necesitamos ser apapachados, recibir una atención, un comentario amable, que nos echen porras!-


Lo vi algo apenado, creo que se disculpó, después se marchó. Amable lector, si usted convive con alguien así, trate de entender que la conducta natural de estas personas es ocasionar daño, tradicionalmente es gente que habita los extremos, pueden tener escasa cultura o estar muy preparados, autoestima dañada o sobrevalorada, un autodestructivo complejo de inferioridad o de superioridad y un grado de maldad más allá del que se pueda considerar normal, no son empáticos y les fascina ser hirientes al hablar. Aléjese de ellos si usted es muy sensible o siendo inteligentes, solo ignórelos. Cavilemos.




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