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Cavilaciones del Dr. Caturra - El nido vacío


Hace unos días platicaba con un señor taxista, se quejaba de los aromas que luego se quedan en el taxi, por alimentos, bebidas o por los mismos pasajeros; le platicaba que la mejor manera de neutralizar esos olores es poniendo un poco de café molido en una bolsa de tela, agitarlo y dejarlo para que haga su trabajo, en poco tiempo los humores serán contrarrestados.


Estar tristes cuando los hijos se van es bastante normal, sin embargo, todos debiéramos saber que estamos prestados en este mundo, los hijos igual, nos fueron confiados y en algún momento deberemos dejarlos partir, buscar suerte, aventurarse, experimentar y aprender.


Los expertos en la conducta humana describen toda una patología que sobreviene cuando la descendencia se marcha, además de los sentimientos de tristeza y soledad. También ataca a los padres una terrible emoción de impotencia, pérdida del sentido de la vida, la existencia no significa nada pues terminó la crianza y ahora qué sigue.


Consagrarse a la tarea de ser padres no es malo, lo que si es preocupante es no haber sabido equilibrar la paternidad con la propia autorrealización. Encontrar un punto medio es muy complicado, sin embargo, hemos de recomendarle a usted que haga lo humanamente posible por buscarlo y hallarlo. Es cosa de supervivencia para el futuro, cuando los polluelos abandonan el nido dejándolo frío y vacío, nosotros tendremos en qué ocuparnos.


Eduque seres humanos independientes, usted séalo también, al educarlos autosuficientes cuando se vayan tendremos la seguridad de que entenderán cómo afrontar los retos de la vida y eso nos dará tranquilidad. Déjelos partir, déles su bendición, sienta paz por haber realizado un buen trabajo, descanse, duerma más, disfrute de las cosas buenas de la vida y sea feliz cuando vengan los hijos de visita.


Tampoco vaya usted pensando que si su bendición no se va ha fracasado como padre; algunas personas deciden no irse lejos de casa, se acomodan cerca y no está mal, es cosa de entendimiento. El equilibrio es la palabra clave, los retoños nuestros deben hacerse cargo de su existencia y asumir las consecuencias de sus actos, nos guste o no así debe ser.


La vida es bella y a colores, busque algo que hacer, en las artes, artesanías, negocios, espiritualidad, lea esos libros pendientes, salga a caminar con su perro, viaje, acuda a conferencias, museos, estudie, pero no se olvide de vivir.


“El pájaro rompe el cascarón. El cascarón es el mundo. Quien quiera nacer, tiene que destruir un mundo. El pájaro vuela hacia Dios. El dios se llama Abraxas” Hermann Hesse.




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