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CONCIENCIA Y SALUD - Por Karuna Seva A.C.

Naturalmente, así aprendemos.-


Desde que somos pequeños, es involuntario, que nuestras cualidades o defectos los hemos adquirido al ver a nuestros seres cercanos comportarse y relacionarse.


Es así que el aprendizaje por imitación es aquel aprendizaje que nos forma en muchas aptitudes y habilidades. Siendo el primer y más antiguo modelo de aprendizaje para todas las especies, tanto animales como humanos, aprenden los aspectos más básicos de este modo; esto incluye desde cómo alimentarse hasta la manera para comunicarse; acciones que aprendemos con tan solo imitar y reproducir todo lo que hacen padres o individuos con los que cohabitamos.


Es incluso en lo que se basan las nuevas corrientes de educación, el niño no necesita que le expliques qué es lo que debe hacer o no, él solo debe verlo y aprenderá con el ejemplo. “Dime con quién andas y te diré quién eres”, todos conocemos este dicho y fuera de que es el dicho de la mamá para no dejarte salir ¿te has puesto a reflexionar cómo nuestras relaciones cotidianas nos afectan?


Y es en esta generación en donde las relaciones se basan en las redes sociales, en donde todos en realidad, pensaba decir que los jóvenes y los niños pero también los adultos, nos estamos relacionando con personajes que están en situaciones totalmente ajenas a nuestras circunstancias y contexto.


Aunque sabemos que no son confiables las historias de vida perfectas o deprimidas que se presentan en las redes sociales, al estar vinculándonos con personas que despilfarran su dinero en una cena exclusiva, o en viajes del otro lado del mundo, o simplemente en un reto para demostrar quién es el más gracioso, nuestros ojos están absorbiendo esto y desean imitarles.


¡PERO! Hay una gran pero, nuestra realidad es totalmente diferente, muchas veces no contamos ni con los recursos ni con los medios para realizar eso que denotan como increíble. Y aunque no lo queramos, nos frustra, es algo natural, tienes un deseo y no lo puedes cumplir, la mente… se frustra.


Es en esta condición en la que estamos. Nos relacionamos constantemente con un mundo ajeno a nuestra realidad el cual nos inyecta una serie de deseos que no podremos cumplir. El resultado es la frustración con nuestra propia identidad y la negación con todo aquello que la simbolice.


La abuelita, la mamá y por supuestos grandes sabios, saben que dependiendo de con quienes nos estemos vinculando, esto nos afectará negativa o positivamente.


Necesitamos y urgentemente, como mencionamos en columnas anteriores, un ambiente espiritual en donde se respire un ambiente de servicio. Ese ambiente que por inspiración nos lleve a querer desarrollar nuestras cualidades para un beneficio para toda la sociedad.


En donde nuestros sueños y aspiraciones se construyen no aplastando a otros ni explotando el ambiente que nos rodea, sino en armonía con otros, lejos de la hipocresía y el engaño y cerca de la honestidad y la sencillez. Ese ambiente espiritual en donde construyamos sueños con un objetivo común, practicando cada vez más una vida sencilla con un pensamiento elevado, como dice Srila Prabhupada.


Ven al comedor este próximo 15 de octubre y únete en este proyecto para ir construyendo este ambiente que necesitamos como sociedad.


Sé un voluntario desde la siembra de hortaliza en nuestro huerto o en el servicio en el comedor. ¡Sé el cambio que comienza actuando! ¡Ayúdate ayudando! Síguenos en Facebook e Instagram como Alimento para la Vida.






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