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Cuarto Acto

Por: Alejandro García Rueda


Experta en comunicación política Partiría de algo elemental o muy obvio al escribir que, al calor de la discusión política, las emociones pueden imponerse sobre la razón ¿cierto? Sobre todo, porque se trata de un principio que, quienes actúan bajo la consigna de atacar hasta recibir un pago, tienen casi por bandera. Pues bien, volviendo a lo básico, resulta ser que la información es un bien común para la toma de decisiones. Cuando nos toca realizar una, se evalúan pros y contras en función de contrastes, resultados y aspectos criticables de una propuesta o de conceptos como imagen, carácter e historia si nos referimos a una persona. Teniendo en consideración esta clase de antecedentes, es claro que en un clima de dimes y diretes, de argumentos y refutaciones o de críticas y propuestas, se está librando una guerra diaria de narrativas por adueñarse de la verdad. Es recurrente ver en el ambiente político la construcción o el diseño constante de argumentos que opaquen o hagan sombra a lo que un adversario está haciendo ¿cierto? Bueno, para contrarrestar esa narrativa lo importante es abrir espacio a la conversación con los medios, que el tener algo que informar sea un ejercicio diario y que éste se ejecute a través de la mayor cantidad de plataformas posibles. Así como es necesario abrir espacios, también es importante llenarlos con voces que no solo sean visibles o consumibles, sino que tengan opiniones y criterios responsables. Pensándolo cuidadosamente, la estrategia no tiene desperdicio y será eficaz en la medida de que se le doten por un lado recursos, sí, económicos, pero además humanos. No hace mucho se versaba en los artículos de quien esto suscribe que uno de los valores consustanciales al periodismo es la credibilidad, pero el reportero, el comentarista, el columnista o el analista no se la ganan si no son visibles; si su trabajo no es leído, visto o escuchado, en suma, consumido. En ocasiones, la información que sale de una conferencia de prensa puede potenciar ciertos temas en la agenda e incluso cuando deberían ir "de bajada" terminan siendo efervescentes ¿Cómo lograr todo eso? Produciendo contenido con formas atractivas de presentación, porque es la ciudadanía la que pone el rumbo a seguir.



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