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DESDE LA FINCA Por: El Cortador



Tormentas y chicharras.- Ríos crecidos, ramas caídas, árboles desgajados y algunos derrumbes en los cantiles, fue lo que dejó en la finca el fuerte aguacero que cayó el miércoles. Sin embargo, al fin verano, sale el sol y se deja sentir el fuerte calor. Los campesinos se ocupan en despejar las matas de café en floración y hacer leña de ramas y árboles caídos. Hay en la finca un detalle especial. Un concierto de chicharras que inunda lomas y laderas. Su chirrido estridente es bien conocido en esta temporada por los campesinos que bromean por los caparazones secos que encuentran en los árboles. Alguien recuerda la famosa fábula de Esopo que protagoniza este bicho junto con una hormiga. No falta quien diga que no la conoce. El viejo cortador curtido por el tiempo y el trabajo, escucha divertido la narración y luego de oír la versión tradicional, comenta que él se sabe otra versión más actualizada, por lo que a solicitud de la concurrencia, el viejo fabulista de los cafetales, testigo de diluvios, sequías y cosechas, se dispone, con marcada ironía a narrar la nueva fábula de la Cigarra, o Chicharra, y la hormiga: “La hormiga trabaja sin descanso todo el verano bajo un calor aplastante. Construye su casa y se aprovisiona de víveres para el invierno. La cigarra se pasa el verano bailando y cantando. Cuando llega el invierno, la hormiga se refugia en su casita donde tiene todo lo necesario hasta la primavera. La cigarra, titiritando, sin comida y sin cobijo, organiza una rueda de prensa en que se pregunta por qué la hormiga tiene derecho a vivienda y comida, cuando hay otros que tienen frio y hambre. Organiza un programa por la tele en el que sale pasando frio y calamidades, y pasan un video de la hormiga bien calientita en su casa y con la mesa llena de comida. Todo el mundo se sorprende de que en un país próspero dejen sufrir a la pobre cigarra mientras otros viven en la abundancia. Interviene Derechos Humanos. Se organiza una marcha en apoyo a la cigarra. Feministas, vándalos, anarquistas, estudiantes de humanidades y ninis, se manifiestan frente a la casa de la hormiga, la dañan y la pintarrajean. En un programa de radio se cuestiona cómo la hormiga se ha enriquecido a espaldas de la cigarra. Se pide al público opinar con una mañosa pregunta donde tienen que escoger si son partidarios de la igualdad o de la discriminación. En respuesta a los sondeos de opinión, el gobierno prepara una ley sobre la paridad económica y otra, con efecto retroactivo al verano, contra la discriminación. Los impuestos a la hormiga le son elevados y se le multa porque no se hizo cargo de la cigarra en invierno. La casa de la hormiga es embargada por falta de pago de impuestos y multa. La hormiga decepcionada, empaca y termina por irse a otro país, donde su esfuerzo sea reconocido y pueda disfrutar libremente de los frutos de su trabajo, donde no se le juzgue ni se le castigue cuando tenga éxito. La antigua casa de la hormiga se convierte en albergue social para cigarras que irresponsablemente se reproducen, y que esperan a que alguien les done tortas, refrescos y cerveza, y recursos para sobrevivir dignamente, ellas y sus descendientes. La cigarra está a punto de terminar las últimas provisiones de la hormiga aunque la primavera queda lejana todavía. La antigua casa de la hormiga se deteriora por falta de cuidados. Se critica duramente al gobierno por la escasez de medios asignados a la cigarra. Los partidos proponen una comisión de investigación pluripartidista. Entretanto la cigarra muere de una sobredosis. Los medios de comunicación comentan que es debido a la falta de medios del gobierno a la hora de luchar contra las desigualdades sociales y la injusticia económica. La casa termina siendo ocupada por una banda de arañas inmigrantes. El gobierno se felicita por la diversidad multicultural del estado nacional. Las arañas organizan una red de tráfico de drogas y tienen aterrorizado a todo el barrio… Triste pero es nuestra realidad”. Concluye el viejo sabio bajo la mirada atónita de los escuchas. Se enfila de nuevo al jornal, rematando: “Si no actuamos, en vez de tener más hormigas en el país, crecerá la plaga de cigarras que ya tenemos…”.

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