Por Angeheca
Las fiestas de Teocelo sin duda son un ícono del bello municipio y, después de dos años de no realizarlas a causa de la pandemia, la última semana de enero se llevó a cabo la fiesta patronal en honor al “Santo Entierro de Cristo”.
Hubo un sector de la población que opinó que no se debía realizar aún, pues los casos de contagio por Covid 19, variante ómicron, aumentaba y se encontraban en “pico”. Justificada era la solicitud pues antes de la fiesta, los ciudadanos lamentaban la muerte de algunos vecinos.
Sin embargo, la semaforización se encontraba en verde y el Gobernador dijo en conferencia de prensa que no se cancelarían las fiestas patronales en el Estado, por lo que, de alguna manera, realizarla tuvo justificación.
Desafortunadamente fue evidente que muchas personas no utilizaron el cubrebocas, en especial en los eventos de música, y tampoco se vieron esfuerzos por hacer que se utilizara. Hay que recordar que, aunque es responsabilidad de cada quien, el Gobierno tiene la función de velar por el bienestar y cuidado de sus ciudadanos.
Desde el H. Ayuntamiento, en una sesión de cabildo que apenas se pudo escuchar por el mal audio, se declaró Patrimonio Cultural de Teocelo al “Arco” y a las danzas tradicionales como primer paso para adquirir la denominación de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura, por sus siglas en inglés).
Ese tipo de acciones son las que pueden dar renombre a Teocelo, sin embargo, se debe cuidar la parte operativa de la fiesta, pues se volvieron a presentar problemas que fiesta con fiesta se presentan como el mal flujo vehicular y la baja o nula señalización para los visitantes, la poca iluminación que hubo en la vía pública en el baile de “Junior Klan”; donde se hizo un merecido homenaje póstumo a Don Teo Morales, quien lamentablemente falleció a causa del Covid (EPD), entre otros.
También falta cultura y educación para recibir a turistas, pues hay que cambiar y mejorar la imagen pública y el trato que se da a los visitantes. Esto incluye que no se aparten lugares en la vía pública, un problema cotidiano y desatendido por administraciones pasadas; del mismo modo, el consumo de bebidas alcohólicas en vía pública con el ruido estruendoso es otro factor que demerita la calidad de vida de los Teocelanos y las propias festividades.
En marzo se realizará la fiesta de Monte Blanco y tienen la oportunidad, con voluntad, de poner el ejemplo de cómo es la nueva normalidad al procurar el uso de cubrebocas y limpieza de manos, para continuar con las actividades cotidianas de manera responsable y ejemplar.
Es de recordar que la pandemia aún no termina, y si bien es cierto que hay menos defunciones para el número creciente de contagios, no menos cierto es que siguen muriendo personas a causas de este mal y que es posible reducir con 3 factores: 1) el uso y aplicación de las medidas básicas preventivas, 2) con la participación ciudadana y 3) con la supervisión de éstas por parte de las autoridades.
“No hay problema que no podamos resolver juntos y muy pocos que podamos resolver por nosotros mismos”… Lyndon Johnson.
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