EDITORIAL

En esta primera edición de Semanario ESPRESSO, iniciamos deseando que a todos los mexicanos nos vaya bien en todos los sentidos: que tengamos paz, progreso y prosperidad.

Este 2023 tiene que ser un año de cambios, comenzando desde cada uno de nosotros, individualmente. Tener como compromiso trabajar por la unidad del país y por sumarse al esfuerzo de millones de mexicanos de buena fe, que buscan un México próspero, inclusivo, solidario, sustentable; en donde viva en paz y nadie se quede atrás.

Tristemente el país está dividido. Lo han clasificado entre buenos y malos; liberales y conservadores; chairos y fifís; leales y traidores. Pero no debemos olvidar que todos somos mexicanos, patriotas, y que amamos esta tierra nuestra por encima de cualquier proyecto u ocurrencia que le afecte. Por eso debemos estar unidos.

Es triste ver que las redes sociales estén llenas de peleas entre los distintos sectores que conforman nuestro país, producto de la grave polarización generada desde la cúpula. Juntos debemos cambiar esta dinámica, porque esta división nos impide enfrentar a los verdaderos enemigos que son: pobreza, desigualdad, corrupción, inseguridad, atraso tecnológico; un deficiente sistema educativo, la falta de acceso a servicios de salud y medicinas; además del cambio climático. Todos estos problemas afectan a todos, pero más a quien menos tiene.

Los mexicanos debemos hacer unidad para acordar cómo vamos a enfrentar estos enemigos, alrededor de un proyecto que promueva el diálogo respetuoso, la tolerancia, la solidaridad y la corresponsabilidad entre los mexicanos.

Todos tenemos la capacidad de pelear, odiar y ser rencorosos, pero también tenemos la de amar, colaborar y construir juntos. Todo depende de qué sentimientos permitamos que se desarrollen en nosotros. El enojo tiene algunas ventajas, por ejemplo, nos da mucha energía para enfrentar amenazas a nuestra integridad o a la de los seres que amamos; por otro lado, nos ayuda a combatir la injusticia, el abuso o la discriminación. Pero es muy dañino cuando lo usamos frente a temas que realmente no amenazan nuestra integridad.

Las sociedades divididas están condenadas a estancarse o degradarse, también en las que sólo se permite una forma de pensar. El progreso está en la colaboración de gente con ideas y capacidades muy diferentes, que se combinan para crear innovaciones. Esa es la base de la creatividad. Además, se necesita que prevalezca el respeto y la tolerancia. Si todos demostramos y compartimos lo que sabemos de nuestro querido México, podremos construir el país que tanto anhelamos. Las civilizaciones en las que convergen diversas visiones e ideas, han sido las más prósperas. Nunca olvidemos que todos tenemos algo que aportar y nadie tiene la verdad absoluta.

Que este 2023 sea un año para fomentar la corresponsabilidad, la solidaridad, la empatía y la tolerancia entre los mexicanos.

¡Unidos somos más fuertes! ¡Feliz y próspero 2023!