Los recientes hechos que han afectado la tranquilidad ciudadana, encienden los focos amarillos en la sociedad, y se empieza a sentir un movimiento de exigencia, generando la participación ciudadana.
Se observa como la inseguridad, en las zonas turísticas y en el centro de la ciudad, ha sido noticia en medios, y objeto de debate ciudadano. Los vecinos de varios sectores de nuestro pueblo mágico se han empezado a movilizar, exigiendo medidas eficaces para garantizar la seguridad y disminuir la delincuencia.
Ya se han empezado a ver las primeras manifestaciones públicas, y también la formación de asociaciones vecinales, con el objetivo de protegerse. Los comercios del centro sufren delitos contra su patrimonio con frecuencia, con implicaciones negativas para el desarrollo económico de nuestro municipio. La estadística de delitos en Coatepec, de acuerdo a las denuncias, así como de los reportes (sin denuncia), arroja cifras crecientes. Las noticias, las cifras, son públicas y de fácil comprobación. Basta con navegar en internet para conocerlas.
Por otro lado, es bien conocida la importancia de la colaboración ciudadana para garantizar la seguridad y el respeto de las normas, pues los recursos son limitados y no se puede poner un policía en cada rincón de la ciudad. De este modo, en algunos casos, la intervención de un vecino, o de un grupo como estos, ha logrado evitar delitos, así como la resolución de algunos problemas de seguridad o el esclarecimiento de un hecho delictivo. De ahí la importancia de fomentar este tipo de comportamientos en los ciudadanos y en los grupos sociales que se integran.
La seguridad ciudadana, la tranquilidad y la movilidad segura, constituyen políticas públicas de primer orden, garantías demandadas por la ciudadanía. Todas estas políticas son responsabilidad y obligación de los gobiernos, que deben tener como prioridad el garantizarlas, porque afectan directamente los derechos fundamentales como la seguridad, la libertad personal, la libertad de circulación, el derecho al descanso y a la pacífica convivencia.
La participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social está contemplada en la Constitución mexicana; y la colaboración con el ayuntamiento, en el artículo 16 de la Ley Orgánica para el municipio libre en Veracruz, pronunciada en el capítulo de la participación social.
La necesidad está desplazando a la apatía y a la indiferencia ciudadana. El estado de alerta que se vive, requiere de las organizaciones empresariales, sindicatos y otras instituciones o sectores que conforman el tejido social. Estos órganos locales de participación, permitirían a las fuerzas y cuerpos de seguridad percibir, a través de los representantes de la sociedad civil, cuáles son los problemas específicos, relacionados con la seguridad, existentes en determinadas zonas y otros que afectan, con carácter general, al conjunto de la ciudadanía.
Esto les facilitaría a las corporaciones de seguridad la elaboración de estrategias de trabajo específicas, encaminadas a una solución. También les ofrece la posibilidad de rendir cuentas ante la misma sociedad civil, presentando los resultados alcanzados en el desarrollo de la actividad policial, algo poco común, pero recomendable y deseable.
En resumen, el trabajo en estos Consejos ciudadanos, facilita a la administración una mejor planificación de los servicios públicos, enfocando su intervención en las necesidades e intereses más demandados; permite, también, la obtención de información crucial en el desarrollo y aplicación de políticas públicas de seguridad.
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