EDITORIAL

Como cada año, esperado por muchos, el 14 de febrero se celebra el Día del Amor y la Amistad, recordando a San Valentín de Roma que, según la historia, casaba en secreto a los enamorados ignorando el decreto del emperador.

Como sea, aunque se haya convertido en un pretexto de consumo y de ser objeto de un desmedido mercantilismo, siempre es un buen pretexto para reunirse con los amigos, festejar o en casos más específicos, demostrar amor, reconocimiento y gratitud a quien está a nuestro lado.

Hablar de amistad es amplio y complejo pues el valor de la amistad es el más significativo que podemos llegar a tener en la vida. Es un vínculo estrecho de afecto que formamos con otra persona, a la cual elegimos por convicción propia y le otorgamos un valor especial en nuestra vida.

De todas las relaciones interpersonales, la amistad es probablemente la que consideramos más libre, ya que nos deja establecer nuestras propias reglas, permitiendo que surja y se manifieste de muchas maneras. Además, constituye una parte fundamental de nuestra vida ya que son muchos los beneficios que obtenemos a través de los vínculos de amistad que formamos con otras personas.

La amistad nos ha acompañado a lo largo de la historia ya que los humanos somos seres sociales que, por naturaleza, tendemos a agruparnos y establecer vínculos estrechos con personas que consideramos afines y con las que compartimos afectos y sentimientos. La palabra amistad viene del latín ‘amīcus’ que se traduce como ‘amigo’, y este término procede a su vez del verbo amāre, que significa ‘amar’.

Así, los seres humanos tenemos la necesidad natural de amar y ser amados, la amistad es un tipo de amor que nace cuando dos o más personas nos elegimos mutuamente, expresamos un afecto recíproco y desinteresado, que se nutre con el trato y las vivencias compartidas. La amistad es ese valor moral y universal que representa un interés genuino y una fraternidad incondicional por otra persona.

Es esa relación de afecto que se desarrolla de forma libre y particular, que nos hace sentir bien en compañía del otro y en la cual encontramos valores imprescindibles como la confianza, el respeto, la empatía, la lealtad, la sinceridad y el compromiso.

Para formar parte de la sociedad necesitamos desarrollar habilidades que nos ayuden a relacionarnos con otras personas, por lo que generar buenas relaciones de amistad, cuidarlas y mantenerlas es considerado un valor personal. La amistad verdadera consiste en disfrutar de compartir con otra persona más allá de las diferencias que existan entre ambas, procurando conciliar en vez de confrontar.

Ya hablar del amor, es otra cosa. Es más profundo, complejo e individual. Pero también es extenso y maravilloso. Tema que puede ser poético, filosófico, psicológico, social o fraternal. Como sea… Feliz Día del Amor y la Amistad.