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EDITORIAL


Ahora que iniciaron las campañas presidenciales, en las que dos mujeres se disputan la Presidencia de la República, recordamos hace seis años a un Andrés Manuel López Obrador con un discurso avasallador: acabaría con la corrupción, metería a la cárcel a los expresidentes, bajaría la gasolina, lucharía contra la pobreza, combatiría la inseguridad y otras tantas promesas que a cinco años no solo no se cumplieron, sino que han aumentado.

Hace poco, hablando únicamente del tema de la corrupción, Transparencia Mexicana y Transparencia Internacional presentaron el Índice de Percepción de la Corrupción 2023 en nuestro país. Este instrumento registra la opinión de especialistas, analistas de riesgo financiero, mujeres y hombres de la academia y los negocios sobre la situación que guarda la corrupción en cada uno de los 180 países evaluados pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México se ubica en el último lugar.


México mantuvo la misma calificación en el IPC: 31 puntos. La escala del IPC va de cero a 100, siendo 100 la mejor calificación posible. Con 31 puntos, México se ubica en la posición 126 de los 180 países evaluados por Transparencia Internacional.


En el G20, el grupo de las 20 economías más grandes del mundo, México se encuentra en la penúltima posición, solo por encima de Rusia (26/100 puntos).


A pesar de que la sociedad mexicana identifica a la corrupción como uno de los principales obstáculos para el desarrollo social y la reducción de las desigualdades, las grandes tramas de corrupción no han sido sancionadas.


A través de los medios se han dado a conocer actos de corrupción, en este sexenio, que rayan en lo absurdo. Mega-obras que al parecer no funcionan y que han sido elementos fundamentales para el desvío de miles de millones de pesos.


Un ejemplo claro y sencillo es la refinería de Dos Bocas, el presupuesto original era de ocho mil millones de dólares. Hasta la fecha se han gastado más de veinticinco mil millones de dólares, el triple, y no ha refinado o producido un solo litro de gasolina. Eso debería explicarlo la candidata zacatecana a gobernadora por Veracruz, que era la Secretaria de Energía o su esposo.


Transparencia Mexicana enfatizó que la corrupción será un reto para la siguiente administración, especialmente por el avance del crimen organizado en numerosas jurisdicciones del país.


Y para el ciudadano, un referente de resultados obtenidos que en su mayoría han sido mentiras y simulaciones.



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