El pasado domingo 7 de abril, tuvimos la oportunidad de presenciar el primer debate entre las candidatas y el candidato a la Presidencia de la República. Aunque hay gente que da por ganador a uno o a otro, no es concurso de oratoria; es un ejercicio democrático de exposición de ideas y propuestas, aunque en esta ocasión, salpicado de señalamientos y de acusaciones, que son parte del juego.
Hay que recordar que la Dialéctica es el arte de la conversación. En la antigüedad griega se utilizó esta forma de diálogo y debate para buscar la verdad. Platón sostenía que habría que exponer una tesis, oponer una antítesis y llegar a una síntesis. El debate dialéctico era un entrenamiento filosófico. Hegel, a inicios del siglo XIX, previo a la revolución industrial, retoma el esquema de la dialecticidad para entender desde la filosofía política los grandes cambios civilizatorios provocados por la expansión del capitalismo.
Por ello, los debates político electorales, están inspirados en la tradición platónica para que el ciudadano dilucide la opción que más le inspire. Los debates no son un match ni una confrontación boxística de actores para saber quién posee lo mejores atributos para gobernar. A veces, dejan ver más por lo que no dicen.
Los debates son la oportunidad para conocer y debatir los proyectos de los candidatos. Los debates nos deben ayudar a entender la amplitud de las propuestas. Es decir, conocer el proyecto de estado para el país.
Más aun, cuando las campañas han sido tradicionales. Plena de actos en municipios bajo una larga colección de promesas. Las campañas y eventos masivos tienen un trasfondo holístico, es decir, la totalidad está en las partes. Sin embargo, el electorado necesita una visión más panorámica de los proyectos de los candidatos. Por tanto, el debate es un acto político y mediático que nos permite conocer hacia dónde van las candidatas y el candidato, y qué proyecto tienen para el país.
El domingo pasado, por primera vez reunió a las candidatas Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum, así como al candidato Jorge Álvarez Máynez, ante la opinión pública, para exponer sus propuestas ante la temática: “La sociedad que queremos”.
Con algunas fallas técnicas y de participación, pero con este debate y los dos subsecuentes que se desarrollarán, el INE va conformando las bases para que la ciudadanía tenga las condiciones para la emisión de un voto informado que es siempre recomendable en los sistemas democráticos como el nuestro.
El sufragio informado le permitirá a los ciudadanos contar con elementos para razonar su voto, con lo que el INE estará cumpliendo con generar ciudadanía y una cultura cívica democrática.
Analicemos debidamente a las candidatas y al candidato, por sus propuestas, su imagen, su trayectoria. Todos queremos un mejor país con mejores gobernantes.
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