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EDITORIAL

Este mes de septiembre, como lo hemos vivido por décadas, afloran los sentimientos nacionalistas y emana el patriotismo y el amor a la patria. Estas festividades de honores, desfiles y arengas, nos permiten valorar nuestra independencia y nuestras libertades. Aquel septiembre de 1810 fue el inicio de la integración de un país soberano y posteriormente una república federal.

 

La Independencia que celebramos todo septiembre, fue gestados por mexicanos que buscaban el bienestar de la nación, no su afectación. Se lograron garantías y derechos que ahora están establecidos en nuestra Carta Magna.

 

En este momento, en nuestro México, bajo el gobierno de un proyecto mal llamado 4T, el presidente ha dado muestras de tratar de encaminar al país a esquemas similares a los del cono sur, donde se han cooptado las libertades y la democracia. Sus intenciones de modificar la constitución y acabar con la autonomía de los tres poderes es un atentado a las libertades y a las instituciones. Existe el riesgo de que veamos a los narcos como jueces o magistrados, pues dicha reforma propone seleccionar a ministros, magistrados y jueces mediante el voto popular.

 

El pasado miércoles la nueva cámara de diputados, integrada por incondicionales, ya aprobó, como se esperaba, en lo general y en lo particular la Reforma Judicial. Ahora pasará al Senado que tampoco tenemos dudas que pasará; finalmente se someterla a la aprobación de los Congresos estatales de los cuales se necesitan que lo aprueben por lo menos 17 … y qué cree usted… también pasará.

 

Aunque se llevará su tiempo y ya no lo verá López Obrador, se espera que Sheinbaum actúe con más mesura y dé marcha atrás a este pernicioso proyecto. Y la Suprema Corte, mientras siga viva, seguramente hará lo propio y puede echar abajo este mamotreto por inconstitucional. En riesgo también la propiedad privada.

 

Las consecuencias que no está midiendo el gobierno son muy graves para la economía nacional. Daña el TLC, que tanto costó con los países que más nos compran de todo y afecta la economía en el tema de exportaciones e importaciones. Monopolizar enfermizamente el poder en un solo individuo, se llama autoritarismo y  equivale a expulsar capitales, inversiones y grandes empresas que dan empleo a millones de mexicanos. Eso, señores, es atentar contra la patria

 

La propuesta de reforma al Poder Judicial ha generado una variedad de reacciones en contra, por parte de la sociedad civil, cámaras empresariales, socios comerciales, estudiantes, universidades públicas y privadas, analistas financieros y agencias calificadoras, entre otros actores clave, que prevén graves consecuencias.

 

La reforma tendrá un impacto económico que no ha sido dimensionado y podría colocarnos como país de riesgo para la inversión. La incertidumbre y desconfianza aumentan frente al debilitamiento de los principales indicadores económicos, por las consecuencias que puede tener la aprobación del dichoso Plan C.

 

Reflexionemos profundamente, antepongamos el patriotismo y demos preferencia a la estabilidad económica y social del país y al bienestar de todos los mexicanos.




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