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Editorial

Quisiéramos, como todos los años, celebrar con algarabía el 214° Aniversario de la Independencia de México. Recordar y honrar a los héroes de la Independencia que nos dieron patria y libertad.

 

Sin embargo, la sombra de la duda, de la imposición, del autoritarismo, nos empaña los festejos, pues con el golpe a la independencia de poderes, más bien deberíamos estar de luto. En plenos festejos patrios se atenta contra la independencia del poder judicial al aprobar por la cámara de diputados y por la cámara de senadores, en un proceso lleno de jaloneos, traiciones, amenazas, detenciones, contradicciones y represión, la reforma al poder judicial, que como ya se veía venir, es aprobada por la cámara de senadores donde bien pudo haber sido rechazada.

 

La reforma queda aprobada, atentado contra las instituciones, la autonomía de poderes, la democracia y, tal vez, las libertades de los mexicanos. El malo de la película es un exgobernador que, con su voto, se logra la mayoría califica de Morena y con la ausencia de otro senador campechano, presionado y privando de la libertad a su padre, de manera muy amañada se consigue la aprobación. Así se las gasta Morena. Dejan de lado el patriotismo.

 

Se puede describir el patriotismo como “el sentimiento que tienen los seres humanos por la tierra natal a la que se siente ligado por determinados valores, afectos, cultura e historia; es el equivalente colectivo al orgullo que siente una persona por pertenecer a una familia o también a una nación.

 

Al sentirnos patriotas debemos de tener claro el compromiso del respeto y amor que debemos a nuestro país y a los elementos que sumen nacionalidad, mediante nuestro trabajo honesto y la contribución personal al bienestar común, asumimos nuestro compromiso como ciudadanos y en este contexto fomentamos el respeto y el cuidado que debemos a nuestra nación.

 

El patriotismo se manifiesta por los valores claros y bien fundamentados, que desarrollamos al transmitir como ciudadanos conscientes, el buen trabajo, conducta correcta, buenos modales, respeto a las normas y costumbres, demostrando tener siempre una actitud recta y transparente en los diferentes aspectos que se contemplan dentro de una sociedad. Aplica lo mismo para los gobiernos.

 

En nuestro país, el mes de septiembre se ha establecido como el mes patrio gracias a la historia de independencia, que debe estar vigente siempre.  Desafortunadamente este año, septiembre quedará inscrito para historia como el mes en que se vendió a la patria. Sí se vendió al absolutismo y al autoritarismo.

 

Inicia la debacle del país, inicia el camino a la dictadura. Adiós democracia, adiós independencia de los tres poderes, se irán inversiones y quedan muy en riesgo las libertades y hasta la propiedad privada. No se dude que se venga una crisis del estado de derecho, en la economía, en el empleo e inseguridad, crisis de estado y social, devaluación y fuga de capitales. Ojalá que esto no sea verdad y no se arrepientan los que la respaldan con su apoyo u omisión. Muy mal que impere el binomio de doctrinaje e intereses personales y facciosos

 

Irónico que, en septiembre, mes de la patria, México pierda su independencia.

 

Consumatum est…



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