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Editorial

Sin duda uno de los temas más controvertidos, que divide opiniones, y difícil de tratar es el tema del aborto. Es arriesgarse a quedar mal con algún sector de la sociedad, pero aun así se debe abordar con respeto. Esta semana el tema cobró relevancia debido a que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, desechó el proyecto que proponía despenalizar el aborto en el estado de Veracruz.


Las leyes sobre el aborto y las opiniones culturales, filosóficas, legales, éticas y religiosas sobre los abortos son diferentes en todo el mundo. Actualmente la legislación de Veracruz reconoce el derecho de abortar en casos de violación, peligro de muerte para la madre o por malformación del feto, y de no cumplirse estas circunstancias se castiga con prisión de seis meses a cuatro años; además de dos años de cárcel para quien efectúe el procedimiento.


No obstante, colectivos y defensores de derechos humanos obtuvieron un amparo otorgado por un juez federal de Xalapa, quien ordenó al Congreso veracruzano reformar el Código Penal local con el objetivo de desaparecer la sanción impuesta, y fue así que el asunto llegó a la Suprema Corte. En el proyecto de sentencia, sostenía que la prohibición total de la interrupción del embarazo, vía tipificación penal, es una barrera que genera discriminación en contra de las mujeres en relación con el acceso al derecho a la salud.


La mayoría de los ministros de la SCJN señalaron que no existe en la Constitución federal ni en los convenios internacionales firmados por México una obligación para que los Congresos estatales legislen sobre este tema en determinado sentido.


De hecho, la Suprema Corte ya ha fallado a favor de los derechos reproductivos de las mujeres al validar en 2008 la interrupción legal del embarazo en Ciudad de México y al validar en 2019 la Norma Oficial Mexicana (NOM) 46, que permite a cualquier víctima de violación abortar sin tener que presentar pruebas.


La mayoría de los sectores coinciden en que la vida es el derecho de toda persona, sin distinción o discriminación alguna. Todo ser de la especie humana merece este derecho natural, debiéndose garantizar desde el inicio de la vida, es decir la concepción; su desarrollo y hasta su conclusión. La vida, es el primero de todos los derechos fundamentales, origen y fin de nuestro ordenamiento jurídico.


Solemos escuchar: “Antes era prohibido y tema tabú el aborto, pero ‘Ahora’ las cosas han cambiado”. Lo que nos lleva a concluir que los enfoques son generacionales.


Cuan costoso, en todos sentidos, resulta interrumpir un embarazo; comparado con lo poco que cuesta prevenirlo.


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