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EDITORIAL

México es un país multifacético en numerosos aspectos y una de nuestras características más valiosas es la diversidad, tanto ecológica como cultural. Cerca de dos terceras partes de la biodiversidad mundial se localizan en poco más de 12 países “megadiversos”, y México tiene el cuarto lugar entre ellos.

La riqueza faunística, es decir en animales, con la que contamos es un privilegio e implica una gran responsabilidad hacia nuestra sociedad y hacia el planeta, porque el bienestar de las actuales y futuras generaciones depende de la preservación y el respeto hacia los animales y los ecosistemas, nuestro capital natural.


El 4 de octubre se celebra el Día Mundial de los Animales en conmemoración de San Francisco de Asís, “Santo de los animales y patrón de los ecologistas”. Este santo, que nació en 1182 en Italia, dejó como enseñanza a la humanidad que debemos comprender cuál es nuestro lugar en la Tierra, ya que el bienestar de nosotros está integrado al bienestar de todos los animales y el medio ambiente.


En el año 1929, el 4 de octubre fue declarado Día Mundial de los Animales, por iniciativa de la Organización Mundial de Protección Animal, en un congreso celebrado en Viena. El objetivo principal era generar una solución al problema de las especies en peligro de extinción.

En una sociedad actual tan contradictoria, encontramos por un lado manifestaciones de maltrato, caza o explotación de animales, y por otro, gente que los sobreprotege, defiende y hasta les da la categoría de humanos. Los expertos recomiendan “el justo medio”, es decir, tratarlos con respeto y cariño, pero hasta ahí.


“Las personas que tienden a humanizar a sus animales de compañía les causan un gran daño, pues les exigen comportamientos que no son propios de su especie. Tratar como humano a un perro o gato, desdeñando sus propias formas de comunicación, organización social y reglas de convivencia, limita su bienestar al generarles un alto grado de ansiedad. Esta situación se ha vuelto común, debido a que cada vez hay más personas sin hijos o familias que tienden a mitigar su soledad con animales, a los que proveen del afecto que no pueden brindar a sus posibles descendientes. Entonces, los animales se convierten en miembros fundamentales de la familia y se les integra a actividades propias de los humanos; esto es perjudicial para ambas partes, pues al pretender que se comporten como personas se deposita en ellos expectativas fuera de contexto, que coartan su adecuado desarrollo”. Lo dice Moisés Heiblum investigador de la UNAM.


El propósito central de esta fecha “Día Mundial de los Animales”, es recordar la importancia de todas las especies animales con quienes compartimos el planeta, que muchas veces son víctimas de nuestro egoísmo y crueldad. Sin embargo, a través de la educación y la difusión de las actividades de los defensores de los animales, se intenta crear una nueva cultura del respeto y sensibilidad, en la cual, afortunadamente, cada vez más gente intenta, en la medida de sus posibilidades, hacer de este mundo un sitio más justo para todos.



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