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EDITORIAL


Al acercarse el final del mes de enero, han quedado atrás festejos y euforias por el cambio de la administración municipal. La realidad se hace presente a los ediles y funcionarios, pues la dinámica municipal no tiene vacaciones, ni reconoce cambios. La problemática es diaria, variante, latente e importante. La nueva administración empieza a tomar el ritmo que requiere para la atención de todo tipo de situaciones que el municipio demanda. Eso es en lo local.


Este 2022, si somos acuciosos, ha iniciado difícil en muchos aspectos, en el estado y el país. Baste ver las estadísticas de la violencia en el estado, la primera quincena se contaban casi 50 muertos, cifra impresionante que supera por mucho otros inicios de año. Por otra parte, la amenaza de contagios de COVID-19 ahora en su modalidad de ómicron, sigue creciendo de manera exponencial. Se quintuplicó en este mes, se dice que como consecuencia de los festejos decembrinos. Aunque hay información preliminar que sugiere que es más contagioso que sus predecesores, pero también parece ser menos mortal.


En otro renglón sumamente sensible es en la parte de la economía. A pesar de los buenos deseos del presidente Andrés Manuel López Obrador de que los índices inflacionarios no rebasarán los aumentos a los salarios mínimos este año, el mes de enero inició con una inflación de 7.45 por ciento. Esto luego de que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) diera a conocer que México cerró el 2021 con una inflación de 7.36 por ciento. La más grande en los últimos 20 años.


Con el inicio de un nuevo año los ciudadanos experimentamos una nueva edición de la famosa “cuesta de enero”, un fenómeno económico que se da por el mal manejo de las finanzas, el desempleo y diversas razones más. Tal situación se agrava con el aumento de precio que algunos productos y servicios sufrieron este año, y es que de acuerdo al Diario Oficial de la Federación, el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) tendrá una alza del 7.37%.


Si tomamos en cuenta que para la canasta básica la inflación fue de 8.11%, la situación inflacionaria es uno de los factores más preocupantes en nuestro horizonte económico. Durante este año que comienza es muy probable que se sigan observando presiones inflacionarias debido a la prolongación de los cuellos de botella en las cadenas de suministro globales, la volatilidad en los precios de las materias primas, principalmente el gas y el petróleo, así como productos agropecuarios. Además diversos productos de la canasta básica también tuvieron un aumento en su valor comercial, tales como el pollo o el limón, el huevo, el aguacate y el café, entre otros más.


Es necesario un plan de emergencia con acciones específicas que mitiguen la inflación. No es un tema sencillo porque además estamos entrando en un período de recesión con nuestra economía decreciendo. Sin embargo, se está a tiempo para tomar decisiones efectivas. Es un balance delicado, pero si se actúa con decisión y sentido de urgencia se puede superar este momento difícil. Ojalá se realice.




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