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EDITORIAL


Por mandato constitucional, el Instituto Nacional Electoral (INE) organiza la “Consulta de Revocación de Mandato”, que se realizará el domingo 10 de abril, fecha en que los ciudadanos decidirán si el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue en el poder o si se ve obligado a dimitir. El INE es un organismo, independiente y autónomo con gran credibilidad entre la población, pero a quien el presidente de México ha buscado debilitar. Ni partidos políticos, ni legisladores, ni gobernantes debieran intervenir en el proceso de promoción y realización de la consulta, solo el INE y, desde luego, los ciudadanos interesados en que se lleve a cabo este proceso, que por vez primera se organiza en México. Sin embargo con artimañas legales, se pasan por alto la ley. La Consulta, se ha tergiversado adrede para hacerla ver como si fuese una especie de ratificación en el mando, sin que ese sea el propósito constitucional de esta. Se llevará a cabo para decidir la suerte del presidente, pero en el futuro aplicará a todos los gobernantes con el objetivo de que si la población desea destituir a un gobernante inepto, corrupto o incapaz, sea posible y de manera pacífica, sin necesidad de revueltas ciudadanas. La Ley Federal de Revocación de Mandato tiene su origen en la reforma constitucional del 2019 pero para que se lleve a cabo fue necesaria la petición expresa al INE de parte de los ciudadanos, según lo ordena la Ley. Y, pese a los pronósticos, se lograron reunir sobradamente las firmas requeridas de 2.7 millones de ciudadanos (el 3% de las personas inscritas en la lista nominal de electores). El proceso de Revocación de Mandato ha generado gran expectativa, pero también temor y desconfianza, ya que ha habido mucha desinformación, tanto de los simpatizantes como de los propios opositores quienes no confían en el éxito de la consulta porque, argumentan, fue el mismo presidente quien la promovió. Unos sostienen que debe proceder la Revocación, porque el país no aguantará otros tres años de decisiones erróneas, autoritarismo y división. Otros confían en que la simpatía de más del 60% de los mexicanos logrará credibilidad en los años que le quedan como presidente y se fortalecerá en el poder. Los recursos económicos destinados, en principio eran de casi cuatro mil millones


de pesos, pero el Congreso hizo una considerable reducción a ese presupuesto quedando en 1,692 millones con los que, apenas, podrá cumplirse con el cometido. La pregunta que aparecerá en la boleta es: ¿Estás de acuerdo en que al presidente Andrés Manuel López Obrador, Presidente de los estados Unidos Mexicanos, se le revoque el mandato por pérdida de la confianza, o que continúe hasta el final del sexenio? Y la boleta presenta dos recuadros de los que se debe marcar solo uno. Así que, el próximo domingo 10 de abril veremos si el descontento y el temor al populismo en México se traducen en votos para cambiar el rumbo del gobierno.



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