En una asamblea nacional realizada a puerta cerrada y con el voto a mano alzada de 3,200 priístas, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) aprobó cambios significativos a sus estatutos, permitiendo la reelección de su dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, por hasta ocho años más. La sesión, que tuvo lugar en el Pepsi Center, se llevó a cabo en un clima de estricto control y hermetismo.
Durante la reunión, que duró una hora y 53 minutos, también se avalaron modificaciones al programa de acción, el código de ética y la declaración de principios del partido. Estos cambios redefinieron al PRI como un partido "demócrata social" y de "centroizquierda progresista", y marcaron su oposición al neoliberalismo, al que culpan de generar pobreza, violencia y desigualdad social.
A pesar de la trascendencia de estas modificaciones, no hubo discusión pública de los detalles en la asamblea. El acceso estuvo limitado únicamente a delegados que habían participado en foros estatales, lo que provocó la molestia de muchos militantes a quienes se les negó la entrada. Algunos inconformes rompieron una de las puertas de cristal del centro de espectáculos y, tras varios altercados, lograron ingresar por la fuerza.
El evento, que marca la mayor modificación a las normas del PRI en décadas, se desarrolló bajo estrictas medidas de seguridad. La organización de la reunión se mantuvo en secreto, y no se extendieron invitaciones públicas. Sin embargo, se desplegaron zanqueros y batucadas para dar la bienvenida a los asistentes.
La XXIV asamblea nacional ordinaria del PRI comenzó con una justificación de los dictámenes, aunque no se aclararon los cambios estatutarios. Los asistentes pudieron consultar los documentos completos mediante un código QR incluido en sus invitaciones. Alejandro Moreno Cárdenas, conocido como "Alito", se excusó momentáneamente durante las votaciones por "motivos personales" y regresó al estrado entre porras de apoyo.
La aprobación de los cambios, transmitida en las cuentas oficiales del PRI en redes sociales, mostró a la mayoría levantando la mano a favor. Las modificaciones permitirán a los dirigentes nacionales y estatales mantenerse en sus cargos por tres periodos consecutivos de cuatro años cada uno. También otorgan al presidente del Comité Ejecutivo Nacional la facultad de designar y remover a los coordinadores parlamentarios en las Cámaras del Congreso de la Unión y reducen casi a la mitad el consejo político del partido.
Rubén Moreira, coordinador de la bancada del PRI en San Lázaro, leyó los cambios a la declaración de principios del partido, enfatizando la expulsión del neoliberalismo del ideario priísta y proponiendo una "amplia discusión" en los próximos meses para escuchar a militantes, dirigentes, simpatizantes y expertos, con el fin de resolver las contradicciones y tensiones dentro del partido y en México.
Estos cambios representan un giro importante para el PRI, en un esfuerzo por redefinir su identidad y estrategia política en el contexto actual.
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