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En Tránsito... Por Jesús Ricaño Herrera

Choque de frente




El choque de frente es lamentablemente el tipo de accidente que más víctimas mortales cobra. Su naturaleza letal se debe a que se suman las velocidades de los vehículos impactados para calcular los daños que sufrirán los vehículos y sus ocupantes. Así entonces, si el vehículo ‘A’ viajaba a 100 km/h y el vehículo ‘B’ se desplazaba a 80 km/h, el impacto ocurrió a 180 km/h, las fuerzas físicas involucradas son tremendas y contundentemente destructivas.


Hemos de aclarar que en esta serie de análisis nos habremos de concentrar en dos puntos, el primero tiene que ver con impactos comunes que involucren estrictamente hablando sólo vehículos a motor; segundo, sólo atenderemos casos en los que intervienen dos automotores, sabemos que hay casos en los que son más los vehículos o usuarios de la vía pública siniestrados, son casos extraordinarios, una vez aclarado lo anterior, sigamos.


Este choque de frente ocurre cuando uno de los conductores invade por alguna razón el carril de circulación contrario. Estas razones para decidir maniobrar así son diversas, por ejemplo, rebasar a otro vehículo, evadir un bache, tope, vehículo detenido, peatón distraído, semoviente u otro obstáculo en su carril para evitar un siniestro. Lamentablemente al circular la mayoría de conductores a exceso de velocidad la probabilidad de que estos pierdan el control de su vehículo ante una eventualidad, aumenta de manera importante.


Para evitar este tipo de accidente vial es preciso tomar muy en serio la velocidad moderada, que por cierto ya le hemos comentado en este espacio de manera casi obsesiva, esta velocidad se encuentra entre la velocidad máxima permitida y la velocidad mínima autorizada. Al circular a una velocidad mesurada garantizamos frenar, maniobrar y esquivar todo obstáculo en el trayecto.


De igual modo hay que cuestionarnos sobre la necesidad de rebasar, es decir, si realmente es necesario pasar al vehículo que va delante de nosotros. Sabemos que nos incomoda movernos detrás de un vehículo grande, por la cosa de la visibilidad, nos da una especie de prisa por pasarlo y dejarlo atrás.


Muchas personas una vez realizan la maniobra de rebase, sufren de algún tipo de frenesí rebasador y pasan a todos los automóviles que pueden en una recta. Es preciso comentarle que sólo debemos realizar el rebase en donde esté autorizado hacerlo y sin exceder el límite de velocidad máximo permitido. El peor lugar para rebasar son las curvas y las intersecciones.


Maneje a la defensiva, esté atento de lo que los demás hacen, por favor no se distraiga, recorra su camino a una velocidad moderada. Le agradezco el favor de su atención al leernos. Comentarios a jojerihmx@gmail.com































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