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En tránsito - Por Jesús Ricaño Herrera

Calendario de obras


Una de las actividades que más desquician la sana vialidad son las obras públicas, aunque son para el bien poblacional, esto no significa necesariamente que estos quehaceres deben ser traumáticos para la ciudadanía.


La administración pública puede hacerse de una planificación inteligente, en la que puede avisar con tiempo a los habitantes, presentar un calendario de obras y publicarlo para poder poner al tanto a la población sobre las vialidades que serán afectadas con estas.


Recuerdo que no hace mucho le platiqué a usted sobre los estudios ingenieriles sobre impacto vial, no creen ustedes que una obra pública debiera de igual modo ser analizada bajo la misma lupa que las obras particulares, claro que deben hacerlo, son obras al fin y al cabo, y estas necesariamente tendrán algún efecto en la vialidad. De acuerdo a la Ley de Tránsito y Seguridad Vial y su Reglamento, las autoridades municipales y el H Ayuntamiento deben coordinarse para atender los problemas viales.


La buena planeación puede llevarnos a ganar adeptos, es decir, el costo político es mínimo e incluso la misma población puede celebrar dichos trabajos, sin embargo, vemos una constante, las personas que tienen el poder en los tres niveles de gobierno, no son administradores públicos profesionales, tienen pensamientos políticos en los que sólo interesa el partido y los compromisos, ni siquiera podemos afirmar que defienden una ideología, pues es bastante sabido que los personajes de la vida política de nuestro entorno cambian de bandera, estandarte o camiseta con bastante frecuencia.


Mi intención con este documento no es debatir sobre el mundo del gobierno y el poder, cosa que no me interesa, lo que pretendo es que aquellos que organizan, invierten recursos públicos y los dirigen hacia donde hagan falta, se organicen para tener un calendario de obra y beneficiar a la población sin antes hacerles pasar un calvario.


¿Qué debe contener dicho calendario?


Para comenzar las fechas, esto implica determinar la duración de la obra. Luego se describirán las vialidades involucradas en los trabajos, el tramo comprendido entre las calles que la comprenden, de igual modo deberá contener las rutas alternas de entrada y salida para toda la circulación. Se aclarará sobre el tipo de obra y quien la realizará. Deberá aclarar si sólo los vehículos particulares y sus conductores se verán afectados, si los peatones y pasajeros tendrán que tomar precauciones y si las rutas, paradas o sitios deberán ser removidos o reubicados.


Todo lo anterior se deberá de dar a conocer a la opinión pública con un tiempo de antelación razonable, para que la gente se organice y tome en cuenta estas obras, en la administración de su horario en los traslados al trabajo, la escuela o sus demás actividades. Todo cambio deberá ser anunciado de igual forma con oportunidad. Sabemos que hay reparaciones que deberán hacerse de emergencia, hoy hemos tratado exclusivamente todas esas obras que están previstas en el presupuesto.


Le agradezco a usted el favor al leernos, por favor no se distraiga, luchemos juntos por adquirir una cultura vial que nos lleve a convivir de manera segura en la vía pública, sigamos en tránsito. Comentarios a jojerihmx@gmail.com





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