Buen usuario de la vía pública.-
Una de las cosas que observé con mayor detenimiento, fue que el peatón es parte fundamental del problema vial, permítame, le explico. En esencia todos somos peatones antes de ser conductores, aprendemos primero a caminar que a operar vehículos; es en el trayecto de este aprendizaje que adquirimos confianza, vencemos el miedo y nos emociona independizarnos un poco, el deseo de caminar surge de manera natural cuando vemos a los demás caminando, nos empuja el deseo de imitar lo que vemos.
En cambio, uno de los requisitos para conducir automóviles es tener una edad mínima, vamos a manejarla de 16 años, para tramitar un permiso de manejo avalado por un adulto. Aprender a conducir es motivado también por el deseo, ver a los demás nos impulsa a querer dominar el manejo de automotores, la confianza igual es fundamental para salir adelante.
Sin embargo, ¿Qué hay de común entre aprender a caminar y aprender a manejar un automóvil?
Justamente la respuesta a esta pregunta es el punto medular de la publicación de esta semana, en lo personal, creo y lo siento como una creencia justificada como verdadera, que aquella persona que es educada para usar las vialidades con seguridad, bajo esquemas morales y éticos claros, con un avanzado sentido de responsabilidad, puntualidad, respeto a las normas de tránsito y al prójimo, será un buen peatón.
Los niños aprenden el modo biológico de caminar entre los 9 meses y el año de edad, es obvio que no atienden reglas, sino que se limitan a imitar lo que ven, para ellos el discurso no es nada, experimentar es todo buscando modelos a seguir. Conforme crece el menor, madura su cerebro, le va asistiendo la razón, luego podrá intuir y entender los peligros en la vía pública para no exponerse, en este lapso se aprende a caminar atendiendo los peligros de la calle. Este peatón por necesidad, creo yo, deberá ser un buen conductor en el futuro.
Como puede ver el proceso de convertirse en peatón responsable es largo, este desarrollo, podemos afirmar de modo arbitrario que dura desde los 9 meses a los 7 años de edad de manera empírica, de modo racional de los 7 años en adelante.
¿Qué pasa si aprendemos a caminar buscando atajos y desdeñando la seguridad?
Cuando un peatón no aprende a usar la vía pública con responsabilidad y bajo el esquema de compromiso que hemos descrito, cree usted que esa persona sea un conductor de autos ejemplar, yo lo dudo. Vea a esos adultos cruzar corriendo una avenida teniendo a 30 metros un paso peatonal elevado, un puente peatonal o un crucero controlado con semáforo, la cosa se pone crítica cuando realizan esas temerarias maniobras llevando de la mano a un menor, mostrándoles el camino equivocado.
Le agradezco a usted el favor al leernos, por favor seamos buenos peatones, no se distraiga, puntualidad, respeto y tolerancia, sigamos en tránsito. Comentarios a jojerihmx@gmail.com
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