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Espresso Cortado – Por: Gilberto Medina Casillas

¡YO, ACUSO!




El título lo he tomado, como signo de vehemencia, de la carta al presidente de Francia, que escribe Émil Zola y publica en el periódico L’Aurore, señalando la injusticia en el caso Dreyfus, carta que leyó todo París.


En un artículo anterior escribí acerca de la concupiscencia, como un defecto o proclividad al vicio y a la intemperancia y a la morbidez de ciertas prácticas, en un amplio espectro; que se ha arraigado en el corazón humano, conservando inclinaciones de cuando se comportaba como lo que era, un animal. Esto pues, nos llama a ejercer la voluntad para evitar conductas libertinas que entrañan peligros inherentes a prácticas peligrosas, en las cuales se ven expuestas las vulnerabilidades biológicas y mentales de quienes dan rienda suelta a sus concupiscencias.


Esto allí está y es inherente a ciertas personas, en gran número, quienes llevan sus fantasías a la práctica; pero siguen siendo minoría (que crece, lamentablemente). Lo que yo, acuso; y lo hago con voz tonante, es cómo la pornografía está debilitando voluntades y afectando severamente a una juventud emergente, que fácilmente se deja seducir por escenas de sexo explícito con grados de obscenidad, que van subiendo de intensidad, de la mano de esquemas peculiares para el trato carnal.


Y bueno, en esta tolerante sociedad, el acceso a la pornografía es fácil y gratuito. A tal grado (este es mayormente el origen de mi indignada alarma) que, grupos de jóvenes realizan lo que ven en las películas, con exceso y sin protección. A mí, la pornografía no me gusta, pero cada vez hay más gente a la que sí y de la vista viene la motivación y desatada la concupiscencia sobreviene el abandono de sí mismo y la profunda caída en una vida de placer: repetitivo, exagerado, cansino, peligroso, con un aire irrespirable que arrastra, a quienes se hayan atrapados en las redes de la pornofilia, a la desolación.


La otra parte de mi motivación para este: Yo, acuso, es mi solidaridad con Vladimir Putin en el combate a la pornografía en Rusia, cito del ABC Internacional “La demografía no es una mercancía”. Con estas contundentes palabras justificaba el Gobierno de Vladímir Putin el bloqueo masivo al que ha sometido a las páginas para adultos ‘Porn%&’ y ‘&%$porn’. La medida, se une a otras decisiones similares: en 2015, Moscú “bloqueó” once páginas con contenido pornográfico, a fin de proteger a los más pequeños de “información perjudicial para su salud”. El cierre del acceso a estas webs se debe a dos sentencias judiciales que afirman que estas dos páginas compartían contenidos considerados ilegales. La ley rusa prohíbe concretamente “la producción, la propagación y el anuncio de material y objetos pornográficos”.


En México, al respecto, “Sabemos que la SCJN dijo que la pornografía es ‘delito sexual’ y avaló todas las penas presentadas, pero bajo condiciones específicas de violencia, abuso y trata. Lo que nos lleva a que: si tus imágenes favoritas tuvieron consentimiento y los protagonistas no son menores de edad, ni han sido objeto de trata, sigue con normalidad’. Así, alienta “Sopitas.com” a los aficionados a consumir pornografía.


Lo que yo acuso es que, dentro de este conjunto de personas, están los niños y los más vulnerables, los adolescentes, en cuya personalidad y vida real, causa estragos difíciles de remediar.

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