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EXPRESO CORTADO

Gilberto Medina Casillas


¿HACIA UNA NUEVA MORAL, INMORAL? El egoísmo acendrado que viene quebrando a la sociedad desde fines de la primera guerra mundial, 1922, ha calado hondo, la sociedad en sus formas cuadradas, se ha visto impactada por tendencias artísticas libérrimas y vanguardistas, el mundo ‘hecho y derecho’ se volvió torcido, se perdió la coherencia de la herencia sistemática e irrumpió lo ‘nuevo’ como una bomba devastadora de la cultura establecida. Y esto viene sucediendo aparejadamente con un explosivo desarrollo tecnológico, el cual, ha modificado la forma de vida de una sociedad profundamente urbanizada que se globaliza sin pausa. La prognosis de Alvin y Heidi Toffler, autores del ‘Shock del futuro’, se han cumplido. Thomas Friedman, para describir la interrelación creciente en los sistemas mundiales, dice: Hoy, la tierra es plana. Y define diez fuerzas que la aplanan. Estas fuerzas aplanadoras que describe Friedman son: la caída del muro de Berlín y el cambio del socialismo al capitalismo a fines de 1989; y el surgimiento de la computadora personal; la segunda aplanadora surge en 1995 con el nacimiento del navegador Netscape y la Word Wide Wave, ahora tan común para nosotros; la tercer aplanadora es la creación de software con código libre, para compartir sus creaciones de manera gratuita; la quinta aplanadora es el outsourcing que permite que muchos países se desarrollen al utilizar las nuevas tecnologías a costos más bajos. La sexta aplanadora el offshoring que es el traslado de toda la infraestructura y fábricas a países con incentivos fiscales, mano de obra barata y alta especialización, como China e India; la séptima aplanadora es la cadena de suministros dinámica que es posible hoy gracias a sistemas creados para interconectar proveedores y clientes; la octava aplanadora el insourcing llamada así por Friedman para describir los procesos internos que requieren alta especialización; la novena aplanadora el in-forming que permite a cualquier persona que tenga acceso a la red internacional de comunicación (internet) aprender a hacer cualquier cosa; y por último, la décima aplanadora: las tecnologías de conexión que permiten que el mundo se aplane cada vez más, una verdadera globalización en la que todos podemos participar. Esta visión no contempla la lucha de clases, ni la pobreza endémica de países subdesarrollados, ni la pavorosa desigualdad económica y social al interior de las naciones. Ni al crimen organizado, que se erige como el poder detrás del poder en


México, Bolivia, Nicaragua y otros muchos países. Y Friedman no tiene por qué hacerlo, su enfoque es sobre cómo el mundo se globaliza, no cómo vivimos los hombres y mujeres, ni nuestros índices de desarrollo humano, ni los gobiernos corruptos que prevalecen en muchos países. Ni la ‘Oclocracia’ que es el gobierno de la turba, la cual, es fácilmente manipulada por políticos sofistas y abusivos. Así, en la oclocracia, los más infames y menos capacitados, son encumbrados por la turba, como gobernantes. Como nos hace ver Friedman, la Internet nos genera espacios inusitados, tenemos acceso a libros, música, investigaciones, entretenimiento, redes sociales, la cultura mundial en la pantalla de tu computadora o de tu móvil. Y desde allí, la pornografía fluye sin escrúpulos asolando las mentes, pervirtiendo el glamur del enamoramiento, los hijos y la familia. Las apuestas roen las finanzas personales. Las mentiras inundan la Internet. Todo se vale, las mujeres y los hombres van perdiendo su conciencia de sí y con ello su identidad, navegan en el mar de la ideología que los dominadores, llámense como se llamen, crean. En este tenor, afirma Gurdjieff: “Al no educar a la generación creciente de modo armonioso, esta civilización, que debería haber sido, conforme al sentido común, en todos los aspectos como una buena madre para el hombre, le ha ocultado lo que en realidad debería haberle ofrecido; y resulta que incluso le ha arrebatado la posibilidad de desarrollarse de modo progresivo y equilibrado como nuevo ser, un desarrollo que, inevitablemente, habría tenido lugar si tan sólo el curso del tiempo y la conformidad a la ley del progreso general humano hubieran actuado con libertad. A partir de este razonamiento, puede establecerse con claridad el hecho indudable de que, en lugar de un ser individual consumado, que los datos históricos mostrarían desde hace siglos como un sujeto en comunión con la Naturaleza y el entorno que lo genera, se desarrolló un ser desarraigado de su suelo, incompetente ante la vida, y para quien todas las condiciones normales de existencia eran extrañas”. Para finalizar, considero que Eckhart Tolle, da en el blanco cuando asienta que el egoísmo es el mal que carcome a la sociedad, dice: “una parte esencial del despertar consiste en reconocer esa parte que todavía no despierta, el ego con su forma de pensar, hablar y actuar, además de los procesos mentales colectivos condicionados que perpetúan el estado de adormecimiento. A menos de que usted conozca la mecánica fundamental del ego, no podrá reconocerlo y caerá en el error de identificarse con él una y otra vez. Eso significa que el ego se apoderará de usted y fingirá ser usted. Cuando usted reconozca su inconciencia, será,


precisamente, para permitir el surgimiento de la conciencia, el despertar. No es posible vencer en la lucha contra el ego, como no es posible luchar contra la oscuridad. Lo único que hace falta es la luz de la conciencia. Usted tiene esa luz, enciéndala”. Con fines didácticos, he de decir que la lucha, que en la antigüedad era entre el bien y el mal, hoy es entre el ego y el sentimiento de pertenencia que une a las personas, es decir, la comunidad.


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