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EXPRESSO CORTADO

DIÁLOGOS EN EL INFIERNO

Gilberto Medina Casillas

 

A finales del año 1974, llegó a mis manos un libro prestado por un amigo quien me ordenó: ’toma, léelo’. El libro en cuestión venía con anotaciones en las márgenes, se trata de “Diálogos en el Infierno entre Maquiavelo y Montesquieu”, cuyo autor, Maurice Joly, vivió en la época de Napoleón III, periodista francés cuya disidencia le llevó a la cárcel.

Me metí en la materia literaria con sumo interés y poco a poco, el libro se fue apoderando de mi conciencia, llevándome al mejor análisis político que he conocido.

Desde que me convertí en Consultor político, exijo al candidato y su equipo cercano, que lean el libro.

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El Diálogo en el Infierno entre Maquiavelo y Montesquieu de Maurice Joly es una obra satírica y política que contrapone dos visiones antagónicas sobre el poder y la política, personificadas en estos dos pensadores clásicos. Como politólogo, se puede explicar las posiciones

 

de ambos en el diálogo y relacionarlas con posturas políticas modernas de la siguiente manera:

Maquiavelo sugiere el realismo político y el despotismo moderno que se sustenta en el populismo y el engaño. Representa la visión del poder basada en la fuerza, la astucia y el control absoluto. En el diálogo, Maquiavelo expone un modelo de despotismo moderno que no se basa en la violencia abierta ni en el culto a la personalidad, sino en la manipulación sutil y sistemática de la opinión pública para mantener el poder sin que la población lo perciba claramente.

Según Maquiavelo en la obra, el poder autoritario puede injertarse en sociedades acostumbradas a la libertad mediante técnicas de "desquiciamiento" de las instituciones liberales, sin abolirlas formalmente, sino corrompiéndolas desde dentro. Su método incluye confundir, aturdir y dividir a la opinión pública, multiplicar discursos contradictorios y aparentar progresismo en política exterior para justificar la opresión interna.

Maquiavelo sostiene que el instinto de dominio y opresión es natural en el hombre y que el poder se mantiene mejor cuando se desarma políticamente a la sociedad y se trastocan sus ideas y pasiones, en lugar de combatirlas frontalmente.

Montesquieu defiende la idea del progreso continuo hacia la democracia, la legalización y la liberalización de las instituciones y costumbres. Para él, la violencia y la astucia como principios de gobierno son propios de la tiranía y la bestialidad, y la libertad es un valor invencible en los pueblos.

En el diálogo, Montesquieu representa la esperanza en la capacidad de las sociedades occidentales para resistir y superar el despotismo, confiando en la fuerza de las instituciones democráticas y la separación de poderes, ideas que él mismo desarrolló en su obra El espíritu de las leyes.

Por el contrario, Maquiavelo defiende la posibilidad de un despotismo moderno, distinto del despotismo oriental tradicional, que puede implantarse en sociedades acostumbradas a instituciones liberales mediante el control sutil y la manipulación de la opinión pública, incluyendo el manejo estratégico de la prensa y la información.

Esta noción Joly la presenta a través de la voz de Maquiavelo en contraste con la voz de Montesquieu, defensor de la libertad y la legalidad.

Al final del diálogo, Montesquieu queda horrorizado y derrotado ante la eficacia del despotismo moderno representado por Maquiavelo, lo que refleja una advertencia sobre la fragilidad de la democracia frente a nuevas formas de autoritarismo.

El conjunto de diálogos constituye un manual de la tiranía moderna y un análisis político que sigue siendo relevante para comprender las dinámicas del poder y la libertad en cualquier época.

Este análisis resulta un pronóstico acertado en cuanto a lo que está sucediendo en el siglo XXI, sorprende que Joly lo anticipó a mediados del siglo XIX.

En el contexto político actual, esta obra se interpreta como una advertencia sobre cómo regímenes o líderes autoritarios pueden usar las herramientas democráticas —como elecciones, prensa y leyes— para perpetuarse en el poder, manipulando la información y debilitando gradualmente las instituciones sin recurrir a la violencia abierta o la abolición formal de la democracia. La "tecnología del poder" descrita por Joly anticipa fenómenos contemporáneos como la desinformación, la judicialización de la política y el control mediático que minan la calidad democrática sin destruir su fachada.

Por tanto, la obra sigue siendo relevante para entender la tensión entre un autoritarismo moderno que opera dentro de las reglas formales y un liberalismo democrático que busca preservar la libertad y la justicia mediante instituciones sólidas y transparentes. Joly muestra que la defensa de la democracia requiere no solo la existencia formal de instituciones, sino la vigilancia activa contra su "desquiciamiento" por maniobras políticas encubiertas.

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A continuación, presento extractos textuales de diálogos entre Maquiavelo y Montesquieu, con dichos representativos de cada uno de ellos en temas particulares:

Montesquieu

"No hay más que dos palabras en vuestra boca: fuerza y astucia... Si erigís la violencia en principio y la astucia en precepto de gobierno, el código de la tiranía no es otra cosa que el código de la bestia."

"La moral, la religión y el derecho no ocupan lugar alguno en nuestra política si se sigue el principio de la fuerza y la astucia."

"Unos años de anarquía son a veces menos funestos que varios años de silencioso despotismo."

"La ley es reina, y debe estar por encima de los hombres y de los gobernantes."

"La aristocracia proporciona el prestigio de los modales señoriales y debe participar en las funciones públicas según sus aptitudes y conocimientos."

"El pueblo es soberano y la soberanía reside en él, aunque un día pueda adueñarse de todos los poderes."

"Cuando Sila quiso devolver a Roma su libertad, ésta no pudo ya recibirla; así ocurre con las libertades que se pierden."

"La duración sobrenatural de algunos acontecimientos históricos está destinada a corromper la honestidad misma, pero la conciencia pública sobrevive aún."

"La verdadera libertad política se basa en la separación de poderes y en el respeto a las leyes."

 

"La fuerza y la astucia no pueden ser los únicos principios del gobierno si se aspira a la justicia y al bien común."

Estos fragmentos reflejan el contraste entre la visión maquiavélica del poder como dominio por la fuerza y la astucia, y la perspectiva de Montesquieu que enfatiza la ley, la moral y la soberanía popular, según el diálogo ficticio de Maurice Joly. Montesquieu representa la idea del progreso continuo de la democracia, la liberalización y la legalización creciente de las instituciones, que harían imposible el retorno a ciertas prácticas despóticas.

 

Maquiavelo

"El instinto malo es en el hombre más poderoso que el bueno... el temor y la fuerza tienen mayor imperio sobre él que la razón... Todos los hombres aspiran al dominio y ninguno renunciará a la opresión si pudiera ejercerla."

"Mucho más abundan los hombres con malos instintos que con buenos. Es por ello que se obtienen mejores resultados gobernando a los hombres por la violencia y el terror."

"Nuestra voz de orden es: fuerza e hipocresía... la violencia debe constituir un principio, la hipocresía una norma para aquellos gobiernos que no desean abandonar su corona."

"El bien puede surgir del mal, y la astucia y la fuerza son los verdaderos principios del gobierno."

"Algunos hombres aspiran a convertirse en dictadores si pudieran, y pocos no están dispuestos a sacrificar el bien común por sus intereses."

"Instituiría inmensos monopolios financieros, depósitos de la riqueza pública, de los cuales dependerán todas las fortunas privadas, que serán absorbidas junto con el crédito del Estado al día siguiente de cualquier catástrofe política."

"En los comienzos del orden social, los hombres estaban sometidos a la fuerza bruta; es la fuerza la que ha sujetado a esas bestias feroces que llamamos hombres."

"El poder debe estar rodeado por publicistas, abogados y jurisconsultos, y las más altas dignidades deben ser conferidas a hombres con antecedentes que los separen del resto."

"El secreto para mantener el pueblo en orden bajo el despotismo es debilitar y desinteresar al poder público de las ideas y principios revolucionarios."

"Mi prensa tendrá cien brazos y se darán la mano con todos los matices de la opinión sobre la superficie entera del país.

He elegido estas citas de diálogos que son harto representativos de la crítica profunda y profética sobre cómo un poder autoritario puede desquiciar las instituciones liberales sin abolirlas formalmente, utilizando la desinformación y la manipulación para mantener el control.

¿Ven ustedes, lectores, alguna coincidencia en nuestro entorno político?

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Apostilla:

Tras la publicación del libro panfletario “Los Protocolos de los sabios de Sion”, que tuvo una mayor difusión que el libro de Joly, hubo algunos estudiosos que detectaron semejanzas entre ambos libros, de ahí este adenda.

La obra Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu de Maurice Joly es una sátira política publicada en 1864, para exponer las técnicas de manipulación y concentración del poder que socavan las instituciones liberales y democráticas, mostrando cómo un régimen puede desquiciar una república sin abolir sus leyes formalmente.

Por otro lado, Los Protocolos de los Sabios de Sion es un texto antisemita que pretende presentar un supuesto plan secreto de los líderes sionistas para dominar el mundo, difundiendo una teoría conspirativa sin base real.

Semejanzas entre ambas obras

·        Estructura y estilo: Los Protocolos plagian y adaptan fragmentos de la obra de Joly, reutilizando ideas y lenguaje para construir su narrativa conspirativa.

·        Temática de manipulación del poder: Ambas describen estrategias para la conquista y mantenimiento del poder político, aunque con intenciones muy diferentes.

Diferencias fundamentales

Aspecto

Diálogo en el Infierno (Joly)

Los Protocolos de los Sabios de Sion

Intención

Crítica política contra la dictadura y la tiranía

Propaganda antisemita para fomentar odio y conspiración

Contexto histórico

Francia, denuncia del régimen de Napoleón III (siglo XIX)

Texto fraudulento del siglo XX, usado para justificar persecuciones

Naturaleza del texto

Sátira política y análisis de técnicas autoritarias

Falsificación y panfleto conspirativo

Personajes y enfoque

Diálogo entre figuras filosóficas (Maquiavelo y Montesquieu)

Supuesto consejo secreto de líderes judíos


 

Orígenes y divergencias

Maurice Joly escribió su obra en 1864 como un instrumento para alertar sobre la erosión de las libertades bajo un régimen autoritario disfrazado de legalidad.

Los Protocolos surgieron décadas después como plagio y distorsión de la obra de Joly, con el fin de promover teorías conspirativas antisemitas, transformando el mensaje original de crítica política en un texto de odio y manipulación.

La divergencia principal radica en la intención: Joly buscaba defender la libertad y denunciar la tiranía, mientras que Los Protocolos buscan justificar el antisemitismo y la persecución mediante la difusión de falsedades.

La comparación entre ambas obras se debe a que Los Protocolos de los Sabios de Sion plagian y deforman el texto de Maurice Joly, tomando su análisis sobre la manipulación política para construir un falso relato conspirativo antisemita, lo que representa un uso perverso y distorsionado del original crítico y satírico.

 

Es cuando.


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