
12 de abril.- Día Internacional de los Niños de la Calle
La celebración es una manera de denunciar y promover la atención, a la situación de desamparo a la que se enfrentan millones de niños en...
El bushdido.- El bushido (traducido como “El Camino del Guerrero”) es el código ético tradicional que seguían los samuráis. Realmente una forma de vida estricta en la que se comprometían con valores como el honor, la lealtad o la justicia. Hasta el punto de tener que dar la vida por ello. Esta ética, se cuenta, se le inculcaba a los japoneses de clases dirigentes desde bebés. Al bushido se le conoce pues como el código samurái, pero más que tratarse de una lista que cumplir, se trata de una guía, una forma de vida, “el camino” que se ha de seguir para no perder la humanidad. Es decir, una lista de principios que todo hombre o mujer tiene que contemplar para luchar sin perder los valores más básicos. “El samurái debe obrar sin dudar, sin confesar el más mínimo cansancio ni el más mínimo desánimo hasta concluir su tarea.” Este código se resume en siete virtudes, de las que cualquier cultura y en cualquier época podría aprender y aplicar a sus vidas: Gi – Justicia.- Un samurái cree en la justicia ciega. Hará lo posible para que se convierta en realidad y luchará siempre para que ésta se cumpla. Aquí no existen “medias tintas”. Para un samurái solo existe lo correcto e incorrecto y peleará con cualquier medio a su alcance para conseguir lo primero hasta el fin de sus días. Yuuki – Coraje.- Lo más deshonroso para un samurái es meterse en “un caparazón de tortuga” y no actuar. Por ello es muy importante sacar el coraje cuando la situación lo requiera y mover a las masas para defender una causa justa, aunque eso suponga poner en riesgo su vida. Jin – Benevolencia.- El samurái es un guerrero hábil, fuerte y rápido, al contrario que los demás hombres de a pie. Por esta razón, éste siempre tiene que usar su fuerza para proteger a los más débiles. Si no surge la situación, hay que buscarla para poder ayudar a los demás en la medida de lo posible. Rei – Respeto, cortesía.- La crueldad y la irrespetuosidad son los mayores enemigos de cualquier buen samurái que se aprecie. Incluso en la batalla, el guerrero tiene que ser respetuoso y bondadoso con sus contrincantes. De lo contrario solo está mostrando su lado más fiero y asesino, y eso le convierte en un mero animal, en una bestia que solo se rige por sus instintos.
Makoto – Honestidad.- La palabra de un samurái tiene más valor que cualquiera
de las piedras más preciosas del mundo. Cuando éste dice que va a hacer algo, es que ya está hecho. No dice: “de acuerdo, te prometo que lo haré”. ¿La razón? Decir y hacer son dos palabras sinónimas para un samurái. Meiyo – Honor.- Sin duda, una de las virtudes más relevantes que existen dentro del código del bushido. Las acciones y no las palabras son las que definen a los buenos samuráis. Si por la razón que fuese, y por mínima que sea, han realizado un acto de deshonor, solo pueden restaurarlo mediante el ritual de suicidio seppuku. Chuugi – Lealtad.- Un samurái es plenamente fiel con cualquiera de los que le sigan. Da igual que sea su amo o un sirviente a su cargo. Si les ha prometido que les cuidará y honrará, tiene que cumplir con su palabra con todas sus consecuencias. De lo contrario se convertirá en un mentiroso, deshonroso y poco fiable. Una vez más, la cultura japonesa, como podría tratarse de otras, nos enseña una cultura y filosofía basada en valores humanos que, a pesar de no ser samuráis, podríamos aplicar a nuestra vida diaria.
Comments