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La otra cara de los comederos para perros en la calle: Bióloga



Bióloga de profesión y actualmente estudiante de la Maestría en Gestión Ambiental para la Sustentabilidad, de la Universidad Veracruzana, Fernanda Salazar, se considera ambientalista y protectora de los animales a los que ama y busca proteger.


Actualmente realiza estudios para promover la conservación de las especies de mamíferos silvestres que permanecen en la ciudad de Coatepec, donde se encuentran remanentes del bosque de niebla, ecosistema de gran diversidad y uno de los más amenazados.



En charla con semanario ESPRESSO, Fernanda comenta algunos aspectos que son ignorados por la población al establecer comederos comunitarios para perros: “Muchas personas, buscando auxiliar a perros en situación de calle que se encuentran en condiciones físicas desfavorables, colocan comederos y bebederos en las banquetas para que estén a disposición de estos canes. A pesar de la buena intención detrás de estas acciones, hay posibles consecuencias que terminan perjudicando a los mismos perros, así como a la sociedad; al dejar estos comederos y bebederos sin supervisión e higiene adecuada, puede propiciar que los animales enfermos propaguen sus enfermedades y parásitos a otros más sanos. Por otra parte, también pueden ser visitados y/o contaminados por otras especies que propaguen diferentes enfermedades, como los roedores, palomas o incluso albergar larvas de mosquitos que pueden afectar también a la salud humana”.



La profesionista continúa: “Otro posible efecto, es el desarrollo de actitudes territoriales de los perros al encontrar una fuente alimenticia permanente y de fácil acceso, lo que a su vez puede dar pie a conflictos con otros perros o con los transeúntes de la vía pública. Es por ello, que las personas que han decidido o quieren colocar comederos y bebederos para ayudar a los perros callejeros, deben entender que más allá de una buena voluntad es una responsabilidad, ya que para prevenir estas situaciones y otras más, se deben supervisar adecuadamente los recipientes, desechando los restos que puedan perjudicar la salud animal, así como lavarlos continuamente”.


“Finalmente es importante recordar que esta actividad, no es una solución para el problema de los perros en situación de calle, y que para poder ayudarlos verdaderamente hay que pensar en la adopción y esterilización de estos peludos.”



“No hay que perder de vista que también en las banquetas y en la calle abundan las heces fecales de los mismos perros que hacen sus necesidades donde sea. Con el sol, el agua y el aire, dicha materia fecal se descompone y va a dar a dichos comederos. Sin olvidar que también puede dañar la salud de las personas”.


“No se trata de contravenir una iniciativa que tiene por objeto el alimentar a los perros callejeros, pero es importante prevenir sobre la situación que puede darse, al dejar comida expuesta a la intemperie”. Concluyó.

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