Anemia y nutrición.-
La anemia tiene una gran relación con el estado nutricio de las personas, que hasta en ocasiones podemos llegar a pensar que anemia y desnutrición es lo mismo, pero no es así. La desnutrición es un estado de enfermedad con distintos grados de seriedad y manifestaciones clínicas provocado por una asimilación deficiente de diversos alimentos por el organismo.
Por otra parte la anemia es la manifestación final de la deficiencia crónica de hierro o también se puede presentar por la deficiencia en el tamaño o el número de eritrocitos (glóbulos rojos) en la sangre o la cantidad de hemoglobina que contienen. Este último limita el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono entre la sangre y las células de los tejidos.
El nutrimento que más causa deficiencia en el mundo, es el hierro. Generalmente en países en desarrollo. Si se debe a una dieta inadecuada, puede tardar años en producir síntomas cuando hay reservas de hierro adecuadas. Pero también las causas pueden ser por una ingestión inadecuada de otros nutrimentos como proteínas, vitaminas como B12, ácido fólico, piridoxina y vitamina C.
Las anemias también se presentan de manera secundaria a diferentes padecimientos por ejemplo: absorción inadecuada por diarrea, gastritis, enfermedad intestinal o interferencia de fármacos. Un fármaco común es la ranitidina, utilizada en el tratamiento de la gastritis.
De igual manera, la anemia puede presentarse cuando hay procesos en los que se requiere mayores necesidades de hierro para incrementar el volumen sanguíneo como: el embarazo, lactancia y adolescencia, cuando hay sangrado excesivo en mujeres, hemorragia por lesiones, úlceras, parásitos o cánceres. En adultos mayores, la pérdida crónica de sangre es la causa más frecuente.
Algunos de los síntomas que se pueden presentar en un estado anémico son dolor de cabeza, dificultad para dormir o concentrarse, ausentismo, extremidades frías, fatiga, debilidad, irritabilidad, mareo y vértigo, taquicardia, entre otros.
Cuando hay presencia de anemia existe una función muscular inadecuada, menor rendimiento y disminución de la tolerancia al ejercicio. En niños puede ocasionar anormalidades en el crecimiento y desarrollo intelectual.
Nosotros necesitamos absorber diariamente 1.8 mg de hierro para cubrir 80-90% de las necesidades de nuestro organismo. Como referencia, una dieta habitual completa contiene 6 mg de hierro por cada 1000 kcal. Así que no es tan complicado cubrir este requerimiento mediante los alimentos.
El hierro está presente en alimentos como las vísceras, ejemplo: hígado y riñones; también en la carne de res, yema de huevo, frutas secas, nueces, y hortalizas de hojas verdes. Se recomienda incluir una fuente de vitamina C en la comida para mejorar la absorción de este mineral.
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