Blancas y finas, y en el manto apenasvisibles, y con aire de azucenas,las manos, que no rompen mis cadenas.Azules y con oro enarenados,como las noches limpias de nublados,los ojos, que contemplan mis pecados.Como albo pecho de paloma el cuello;y como crin de sol barba y cabello;y como plata el pie descalzo y bello.Dulce y triste la faz; la veste zarca...Así, del mal sobre la inmensa charca,Jesús vino a mi unción, como a la barca.Y abrillantó a mi espíritu la cumbrecon fugaz cuanto rica certidumbre,como con tintas de refleja lumbre.Y suele retornar; y me reintegrala fe que salva y la ilusión que alegra;y un relámpago enciende mi alma negra.
Salvador Díaz MirónPoeta y político mexicanonacido el 14 de diciembre de 1893
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