top of page

POESÍA: Soneto a la luna


La luna es fiel testigo del amante

y también lo es de crueles desengaños,

algunos sí, los salva el tiempo en años

y de otros se mantiene vigilante.


La luna llena, en su fase más brillante,

por amar sin reservas ni regaños,

sonríe a las parejas sin sus paños:

“observa que se arrullan al instante”.


No hay renuncia al suspiro por la luna,

los unos, evocando su recuerdo,

los otros, siendo parte de la tuna:


Y, siendo yo, que vivo nada cuerdo,

a la luna suspiro por fortuna

pues unido a mi amor, las noches pierdo.


Pepe Soria

Kommentare


bottom of page