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REFLEXIONES

Héctor Hernández Parra.



Es conveniente analizar lo que está pasando en Coatepec frente a nuestra vista. Un amigo me decía que en ocasiones lo que pasa en nuestro pueblo es un indicador de lo que sucede en nuestro país. Una muestra de que nuestra tierra del café, de la caña de azúcar, de la naranja, del tabaco, ahora recientemente mencionadas a nuestras orquídeas, vive un despojo cultural con nuestra complacencia. Desde la actividad decembrina donde la idea de patinar gratis, fue un montaje comercial que llenó las bolsas de quienes saben inventar negocios con recurso público. Luego de aquel confinamiento artesanal que temporalmente recuperó las pérdidas que trajo consigo la pandemia, la otra cara la padecimos los habitantes, prestadores de servicios, taxistas, restauranteros quienes presenciamos el desfile interminable de turistas que llenaron las banquetas con elote en la mano, con platitos de unicel rebosantes de papas fritas cubiertas de salsa cátsup, el clásico visitante que benefició con creces al “corredor gastronómico”. La tranquilad mágica de nuestro Coatepec volvió a padecer la invasión de sus calles con la llegada de funcionarios públicos venidos de diversos municipios del estado ataviados con sus trajes típicos, con sus músicos, sus artesanos. Desde luego que el patrocinio de estos embajadores del indigenismo ahora con celular y gafas para el sol, será con carga a los ingresos municipales, y el gasto municipal de esta muestra cultural frenará el desarrollo, obras y acciones, pues no podrán realizarse, ya que el próximo año SEFIPLAN captará el Impuesto predial y trabajará el recurso para devolverlo “copeteado” cuando el estado lo considere conveniente. El otro episodio ha sido la separación de nuestro amigo Diego Solano como comandante de Cuerpo de Bomberos Voluntarios, sin defensa del Presidente del Patronato y como acuerdo con el alcalde. Diego ha recibido la descalificación de Cuitláhuac García que horrorizado por la utilización de recursos necesarios para el sostenimiento del voluntariado, del salvamento que cuesta, lanzó indebidamente y sin pruebas, acusaciones a quien no pudo defenderse, quizá le avergonzó al gober la venta de antojitos los domingos, de la colaboración amistosa que los coatepecanos agradecidos con los jóvenes bomberos les llevaban gradualmente. Las arcas municipales desembolsaban mensualmente cuatro mil pesos para ocho personas enlistadas en la nómina municipal, las auditorias practicadas al momento de la entrega recepción municipal no evidenciaron desvío financiero alguno. La indignación popular quedó en redes sociales, solo unos cuantos se solidarizaron. Coatepec sigue victima de la grilla malosa encabezada por quienes utilizan al nepotismo como bandera que ejemplifica al poder mal interpretado. Nuestro Pueblo Mágico está al acecho de quienes lo han puesto en el túnel del tiempo, vea la película “La Ley de Herodes”, ahí nos encontrará. Correo electrónico hectorhernandezparra77@gmail.com



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