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REFLEXIONES

Héctor Hernández Parra



Como un sentido homenaje al profesor Miguel Ángel Rodríguez Peralta, recientemente fallecido, comentaré en unas líneas breves lo que fueron algunas de las acciones que en vida fueron marcando su personalidad entre nosotros.


Sus padres fueron don Román Rodríguez García y doña Anita Peralta Fregoso, desde sus años de niñez mantuvo una admiración por sus maestros entre ellos el profesor Enrique Castellanos y el célebre Adolfo L. Sosa.


Durante los meses vacacionales recorría algunas de las congregaciones del municipio vendiendo ropa, fue por ello que lo reconocían como “El Ropero”; ya en la secundaria gustaba iniciarse como docente en algunas escuelitas donde los maestros se encontraban ausentes, poco a poco jugando a ser maestro fue perfilando su vocación por la educación.


Entre tantas estrategias utilizó un pequeño poema de la autoría del profesor coatepecano Antonio Salazar Páez “AMOR DE MAESTRO”:


DIME AMIGUITO, POCO A POQUITO

¿POR QUÉ CON MIEDO TE VEO LLEGAR?

DAME LA MANO MI BUEN NIÑITO

VENTE CONMIGO VENTE A JUGAR.


COMO LAS AVES TIENDEN EL VUELO

TU PENSAMIENTO SABRÁ VOLAR

Y SI AL ESTUDIO DAS TU DESVELO

YO AQUÍ EN LA ESCUELA TE HE DE ESPERAR.


Destacado alumno en la Benemérita Escuela Normal Veracruzana; entre sus frutos se encuentran la fundación de la Escuela Secundaria Nocturna “COATEPEC”. Participó en su calidad de Presidente Municipal en la fundación del plantel donde sería la sede de la Unidad de Capacitación para el Desarrollo Rural (UNCADER) una institución formadora de agentes de cambio que se desarrollarían en el campo de la capacitación comunitaria.


Las gestiones para la construcción del Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios en Coatepec (CBTIS) fue producto de arduas jornadas de propuestas en algunos puntos del municipio, concretándose en ese punto la realización de una alternativa para el desarrollo educativo de la juventud coatepecana.


Los frutos o las obras quedan, el recuerdo de las buenas acciones del maestro, del ex presidente y del coatepecano que participó y dejó una huella en el corazón de su familia, de sus compañeros docentes, así como de los que tuvimos la fortuna de tratarlo. Un hombre elegante, jovial, educado, seguramente que el maestro Miguel Ángel seguirá permaneciendo en nuestro recuerdo.








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