Algo tan pequeño como una bandera, es capaz de darnos una simbólica identidad patriótica. Pero es cierto que cada vez es menos común ver las típicas casas adornadas con temática alusiva a la patria. Las fiestas de septiembre son verdaderamente representativas, pues no solo conmemoran a quienes nos dieron patria y libertad, sino que, debe enorgullecernos puesto que significa un movimiento del pueblo y deja como antecedente, de lo que es capaz una nación unida.
Incluso en escuelas se ve un menor esfuerzo por tematizar salones y recintos del saber. Es un sentir social colectivo que para evitar perder ese orgullo y sentido de pertenencia, se debe inculcar desde casa, el amor a la nación y a los símbolos patrios.
Celebremos estas fechas con quienes más queremos y no olvidemos el origen de nuestras verdaderas raíces, que es algo que todos quienes nacimos en este país compartimos.
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