La desafortunada realidad, de las consecuencias de relaciones tóxicas y disfuncionales, es muy triste además de preocupante. Si bien una relación se debe basar en el amor propio, también debe ser muy importante el diálogo.
La siguiente situación se originó en una de las calles del centro de Coatepec, en la que una pareja tuvo una discusión que pudo llegar a la agresión física. Esto fue en la madrugada, afortunadamente “un tercero” transitaba por esa calle a esa hora, intervino, y solo así se evitaron los golpes mal intencionados del hombre a la mujer.
Es difícil tener un criterio racional en el calor de ese momento para la pareja, y sobre todo para el tercero que interviene. A ninguna persona le gustaría ganarse problemas ajenos, pero la sensibilidad del ser social te hace empatizar con quien aparenta ser la víctima. Lo más sencillo seria llamar a las autoridades y prevenir acciones lesivas para ambos, sobre todo cuando es en la vía pública,
Esta situación, o pelea, no pasó de insultos y jaloneos gracias a que un tercero lo evitó, el problema es cuando no hay nadie que intervenga o peor aún, cuando si lo hay pero no hacen absolutamente nada, cuando existe indiferencia. Pues la sociedad se ha deshumanizado y prefiere voltear para otro lado.
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